- Quiero mostrarte algo, siento que ya estoy listo...
Cuando ella escuchó esa frase su omega se contrajo, el aroma del príncipe era ansioso y vulnerable, detonaba cuidado y deseo, se quedó callada esperando con impaciencia la noticia, se dejó capturar por los rubíes que la observaban con perdición encantada.
El rubio malhumorado, tosco y dominante, agachó su cabeza para acercarse, parecido a un cachorro indefenso que demostraba cariño y respeto, tomó las manos de su prometida, el tacto era tibio y delicado, muy fuera del alfa cotidiano, ese trato era siempre exclusivo para la bruja lunar.
Las guío hasta alcanzar sus propias mejillas, para que acunaran su rostro rudo que ahora se encontraba relajado, cerró sus ojos mostrando sus largos párpados rubios, inhalando con cuidado, quedando a centímetros del cuerpo ajeno.
Después de posicionarla, bajó con las yemas de sus dedos, en un toque cosquilleante por sus brazos de mujer, hasta alcanzar los hombros y subir a sus mejillas, copiando la misma postura de cercanía, en todo ese trayecto la joven se quedó sin habla, sin aire, con la mente en blanco.
Su omega, su casta, su dinámica, su segundo género se quedó expectante como su consciencia, las esencias se mezclaron con rudeza, armonizando y relajando la tensión, es ahí que el mayor memoriza la sensación, la evalúa, la guarda en lo profundo de su explosivo ser, para luego volver a mostrar el tesoro de sus carmines que lo distinguían con más firmeza en la mirada.
La más baja no pudo esconder su trance, sus ligeras cejas se fruncen por la curiosidad, antes de formular palabra alguna decidió tragar en seco, pero es ahí que todo cobra sentido deteniendo su acto: Katsuki abre con lentitud su boca, sacando después con una tentación y ligereza especial, su lengua, mostrando en mitad de ella una escama, inconfundible, única, brillante y rojiza como su dragón, desnudando su entrecejo con expectativa y temor, acababa de mostrarle su marca especial, representando lo más pulcro y directo que un naciente del Sur podría ofrecer a su pareja.
La contraria abre los ojos impresionada, las palabras se le atoran en la garganta, pestañea pasmada por el ofrecimiento y la confesión tan importante, nunca se imaginó que la escama que tendría su prometido se encontrase en esa zona que ya había sentido. Los de la aldea dragón son misteriosos con el tema. Es notable el cambio de temperatura, su cuerpo se colocó tibio por el golpe de emociones.
El rubio de cabello puntiagudo no hace, ni dice nada más, exhala con presión, esperando una respuesta sensata, también dándole permiso para tocar. Sus dedos que estaban cerca de sus labios, tantean con superficialidad y admiración esa escama diferenciable, haciendo que el alfa cerrase los ojos sintiéndose muy débil.
- Si alguien arranca o atraviesa mi escama, moriré al instante. - confiesa con un susurro al ver la expresión de susto y arrepentimiento de su compañera creyendo que lo había lastimado -, no te preocupes tonta, sólo soy muy sensible ahí.
La nombrada afirma con su cabeza, todavía sin despegar su boca sepultada en el silencio condenador, vuelve a tocar la escama por unos segundos más pareciéndole una herencia ancestral increíble. Luego se detuvo y con sus pulgares contorneó la mandíbula y sus carrillos con agradecimiento.
- Por eso no se lo decimos a nadie, salvo a nuestras parejas que queremos...
- De por vida. - termina la frase en un susurró tímido, formular oraciones para ese punto le quitaba el aliento y le picaba la garganta por los nervios.
- No te voy a obligar a nada, eres libre, mereces lo que deseas, no debes atender a mis deseos egoístas. - dice con una voz rasposa y ahogada por la inseguridad que odiaba tener en ese momento.
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La luna y el dragón (Katsuki Bakugou x lectora) [Omegaverse]
Fanfiction(OMEGAVERSE) La historia de dos protagonistas que los obligan a casarse por el bienestar de su pueblo y planean arruinar su boda sin querer consecuencias. ¿Será así de sencillo o un sentimiento creciente hará rebotar su objetivo? Te invito a averig...