Capítulo 4: Un nuevo nombre.

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+P.O.V:SOUL+

El sujeto me tiene atrapada contra la cama e inmóvil. Si solo pudiera soltarme un poco, podría darle una patada lo suficientemente fuerte en quijada como para dejarlo tirado y escapar.

El maldito me observa, pero puedo ver el brillo de una gota de sudor deslizándose por su sien debajo de la capucha. Además su mano que sostiene mis muñecas están temblando ¿Por qué tendría que estar nervioso? ¿Qué acaso no me tiene atrapada?

Por debajo de la oscuridad que oculta la mayor parte de su rostro puedo ver sus extraño color de ojos. Es claro que es un lobo por ese color, pero no puedo olerlo bien como si él estuviera inhibiendo su propio aroma. Eso solo significa que es... un medio lobo.

Jamás había conocido a uno, pues soy muy raros. En general los lobos no se mezclan con los humanos, pero siempre hay excepciones. Garry me contó algo sobre ellos. Eran fuertes como nosotros, pero su lobo interior está en una especie de trance o sueño. No está en su máximo potencial y por ello no pueden transformarse a voluntad. Según Garry existía una forma de despertar a su lobo interior, pero que él desconocía.

<<Pelea.>> La voz del extraño que me encontré en el árbol resuena en mi cabeza, pero ¿Dónde está?

<<Usa tu don ahora. Eres la loba más relacionada con la Luna que ha pisado el mundo y los lobos adoran a la Luna.>>

Miro a quien me tiene contra la cama una vez más y observo sus ojos color rojo y celeste. Tiene que soltarme ahora, esto no está bien.

Una energía similar a la que me recorrió en la cueva de Jade nace en mi interior. Mi loba gruñe y aúlla acompañada del poder que nos embriaga, controlándonos. Soy pequeña, pero soy una loba completa y él no puede atraparme de esta manera.

-Suéltame ahora, lobo.- Le digo sin abrir la boca y con una voz que no parece mía. Tampoco quería decir nada, pero algo en mi loba y símbolo me obligo.

-Maldición...- masculla el extraño, soltándome pero no como si estuviera haciéndolo por su voluntad, sino como si lo estuvieran obligando. Apenas suelta mi boca aspiro una fuerte bocanada de aire fresco.

Me paro rápidamente de la cama, alejándome de mi atacante que ahora retrocede de mi gruñendo.

-¿Acaso también eres una Alpha, niña?- Me enojo con él cuando me llama niña solo por mi estatura y complexión delgada.

-¡En primer lugar mi nombre no es niña, sino Soul! Y además no soy un Alpha.-

Me mira confundido y mueve la cabeza de un lado a otro, causando que su capucha se caiga. Ahora puedo ver su rostro.

Sus ojos bicolores brillan en la oscuridad, su cabello negro es corto, pero alborotado, como si no se peinara. Es de estatura media y debe tener más o menos mi edad.

-¿Por qué me atacaste?- le digo imitando horriblemente el tono autoritario de Blake. Sale fatal con mi voz demasiado suave. Estoy segura de que jamás sería una Alpha.

-No quería hacerlo...- dice con voz temblorosa. - Entre en pánico cuando te vi en la cama. Si gritabas las demás persona que están en está mansión me matarían por entrar aquí.-

-¿Entonces no estás aquí para matarme?-

-¡Claro que no! Jamás mataría a alguien, nunca lo he hecho. He venido porque...- se queda a mitad de la frase. -Bueno, en realidad no lo sé. Solo seguí a ese lobo que me salvó y me dijo lo que era. No sé, pero algo dentro de mí me decía que debía seguirlo si quería averiguar lo que en verdad soy.- Lo miro con una nueva perspectiva, abriendo mucho los ojos.

Soul: La heredera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora