Enterré mi cabeza entre mis piernas mientras sentía como me acariciaba la espalda con suavidad.
Las lágrimas ya llevaban en mi rostro varios minutos, así que, por ahora, era imposible detenerlas.
—Solo te lo dije para que supieras cómo es Kendall en realidad.–dijo Connor a mi lado. Alzé la mirada y lo vi sonreirme con sinceridad y amabilidad– No quiero que él te haga lo que le hizo a las demás–continuó–, porque no eres como las demás.–acercó su mano a mi rostro y limpió mis lágrimas con su pulgar. Luego quitó un mechón de mi rostro y lo colocó atrás de mi oreja– Yo no haría lo que Kendall hace con todas. Él las engaña, se las lleva a la cama y luego las deja en el olvido.
¿Eso era lo que Kendall quería? ¿Por eso me decía que le atraía? ¿Para acostarse conmigo y luego irse?
—Entonces, ¿por qué no lo hace de una vez por todas?–logré preguntar– ¿Por qué no se acuesta conmigo y se va de una vez por todas?
—Creo que le da gracia que se llamen igual–fruncí el ceño–, ya sabes, no todos los días encuentras una chica linda que se llame igual a tí.–alzó sus hombros.
—Nunca creí que esa fuera realmente su intención.–confesé mirando hacia otro lado de las zonas verdes.
—Pues esa es. Siempre es la misma.–dijo y cerré mis ojos, para dejar que las lágrimas cayeran silenciosamente– Ken, mírame.–volteé mi rostro hacia él– No tienes por qué gastar lágrimas en él, ¡no vale la pena!
—Lo sé, es solo que…
—Nada.–me interrumpió– Hay personas a tu alrededor que te valoran y te quieren, aún más de lo que tú las quieres.–bajó su rostro.
Lo miré fijo. Era mi idea o Connor estaba confesándome que yo le…
—Por ejemplo yo.–lo alzó nuevamente para mirar mi expresión– Me gustas, Kendall. Muchísimo. Y no soporto verte llorar por ese imbécil, él no te merece. Ni a tí ni a tus lágrimas.–dijo y noté que estaba esperando una respuesta de mi parte, ¿qué debía decir?
Ya eso lo sabía, entonces no estaba tan sorprendida como debería.
—Gracias.
Gracias Kendall, por demostrar que la teoría de “todas las rubias son estúpidas” es cierta.
—¿Gracias?
—No sé que decirte.–confesé.
—No tienes que decir nada, solo quiero que lo sepas.–se puso de pie y recogió sus cosas– Y también quiero que sepas que haré lo que sea necesario para que olvides a Kendall y te des cuenta de que él realmente no vale la pena.–se inclinó hacia mi y besó mi cabeza– Te veo luego.
Me quedé estática en mi lugar, ¿Connor me había dicho que iba a quitar a Kendall de mi mente? ¿En serio pensaba intentarlo? Porque yo ya lo había intentado y no había funcionado.
La campana sonó y me puse de pie, tomé mis cosas y caminé hasta el baño, donde miré mi rostro lleno de lágrimas. Me lavé el rostro y me maquillé para disimular, pero fue casi imposible.
Él le hace lo mismo a todas.
Al terminar, caminé hasta la clase. La puerta estaba cerrada, indicándome que había llegado tarde. Cerré mis ojos y suspiré ondo.
¿Por qué sería yo diferente?
Abrí la puerta, provocando que todas las miradas cayeran en mi.
—Señorita McCartney, llega tarde.–el profesor dijo lo obvio.
—Lo lamento.–dije mientras caminaba hasta el lugar vacío de atrás.
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Kendall y Kendall
Teen Fiction[ACTUALMENTE EN EDICIÓN] Kendall es egocéntrico y Kendall es sencilla. Kendall es un idiota y Kendall es lista. Kendall es narcisista y Kendall es humilde. Kendall cree que con un par de ojos verdes y un cuerpo perfecto tiene al mundo en la palma de...