5. "Terminamos."

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Cerré la puerta atrás de mí y encontré a papá mirando al televisor.

- Hola. -saludé mientras caminaba hacia las escaleras.

- ¿Cómo te fue hoy Kenny?

Sí. Mis padres me llamaban Kenny "de cariño", pero yo odiaba que lo hicieran.

- Hmmm... bien.

- ¿"Hmmm... bien"? -me miró fijo- ¿Te pasó algo? Negué con la cabeza y le sonreí­ para tranquilizarlo.

- No pasó nada, en serio. -me acerqué a él y besé su cabeza- ¿Y mamá? -pregunté mientras subía las escaleras.

- En la cocina, preparando la cena.

Subí­ a mi habitación y cerré mi puerta atrás de mi. Dejé mi bolso en mi escritorio y me lancé en mi cama, estaba tremendamente cansada.

Al instante, sentí­ mi celular vibrar en el bolsillo trasero de mi pantalón. Lo saqué y tenía 2 mensajes, leí el primero:

De: Chris.

"¿Kennor?"

Reí, ese estaba bueno, pero no pasaba nada entre nosotros, ¿por qué insistía tanto?

"Debes parar ya con eso Chris, ¡entre Connor y yo no hay nada! " Envié y leí el siguiente mensaje.

De: Connor

¿Cuando...? Ah, cuando tomó mi celular guardó su número.

"¿Ya te decidiste? (; "

Iba a responder un "no puedo ir, tengo que cuidar a mi pez", pero recordé que no tengo pez, así­ que no podía mentirle.

Estaba por escribir, cuando mi madre gritó lo más glorioso que alguien puede gritar: ¡La cena está lista!

Tomé mi celular y lo puse en mi bolsillo, para luego bajar las escaleras y llegar al comedor, donde ya estaban papá, mamá y David. Me senté en mi lugar de siempre, junto a David, frente a mamá y al lado derecho izquierdo de la cabeza de la mesa (donde estaba papá).

Todos empezamos a tomar nuestra comida y a servir nuestras bebidas en nuestros vasos. Las cenas, almuerzos, desayunos, meriendas y todo lo que implique comer con mi familia, era jodidamente silencioso y aburrido.

De vez en cuando David hacía un comentario sobre la universidad, pero al parecer hoy había ido a trabajar a no-sé-dónde, así que comimos en silencio.

O eso pensé, por que, milagrosamente, mi madre habló:

- ¿Como estás tu caso? -le había hablado a papá. Obviamente.

Ellos dos eran abogados, de hecho, eran los mejores de Washington D.C., pero la firma de abogados para la que trabajaban decidió cerrar y los habían solicitado en Seattle desde hace un par de años, así que decidieron venir para acá y arrastrarme con ellos.

- Bien -respondió mi padre- solo que el único testigo que tengo no quiere testificar. -bufó.

- ¿De qué es el caso? -preguntó David.

- Asesinato. Acusaron a mi cliente del asesinato de una mujer, pero él estaba del otro lado del país cuando eso pasó... - Ellos siguieron charlando mientras yo estaba en mi mundo.

Narra Kendall Adams

- ¡No! -gritó Nathan, al mismo tiempo que yo gritaba:

- ¡Sí! -y me puse de pie lanzando el control del Play Station al suelo y haciendo un ridículo baile de victoria.

- Es la quinta vez que me ganas, ya no quiero jugar. -reí­ fuertemente.

- Tienes 20 y pareces de 3. -me burlé y me sacó el dedo medio. Él se puso de pie y caminó hasta la cocina.

- ¿Cómo estuvo hoy el instituto? -preguntó lanzándome una soda que atrapé con facilidad.

- ¿En serio preguntas eso? Ya sabes la respuesta: aburrido.

- ¿Y Amanda? -preguntó y dio un sorbo a su lata.

- Oh, gracias por recordarme. -saqué mi celular y de inmediato le escribí­ un mensaje:

"Terminamos." Lo envié y guardé mi celular.

- ¿Terminaste con ella? -fue más una afirmación que una pregunta. Asentí y rió fuertemente- Eres un maldito.

- Es un puto grano en el culo. No puedo ir a una sola fiesta porque ella me persigue como loca. -le quejé.

- ¿Pero no eran nada?

- Es una zorra total, pero no la quería para eso. -mi hermano asintió, entendiendo a lo que me refería.

Mi hermano Nathan y yo éramos muy similares respecto a muchas cosas. Básicamente y todo lo que implica personalidad, es como si fuésemos gemelos. Pero su gemelo es Chad. Sí, Nath y Chad eran mis hermanos gemelos mayores. Chad era más responsable que Nath y yo, y pensaba diferente a nosotros. Por eso, yo me consideraba el gemelo de Nathan.

Mamá apareció por la puerta de la habitación y dijo: - Chicos a cenar.

Me levanté y fui con Nathan al comedor, donde ya estaban papá y Chad, mientras mamá traía la comida. Me senté frente a Chad y al lado de Nathan.

- ¿Cuando es el próximo partido? -me preguntó papá.

- El viernes.

- Bien -dijo-, necesito que no vayas a ninguna fiestesita tuya, porque tenemos una cena importante el sábado y todos vamos a ir.

Maldición. Como odiaba ir a las "cenas importantes" de mis padres, ¡a mí no me importaban sus trabajos de mierda!

- Bien. -dijo papá y mamá llegó con la comida. Todos empezamos a comer en silencio y deseé haber podido salir con alguno de mis amigos. Una pizza estaría mejor que esta mierda blanca con pasta de mierda.

Mi celular sonó en mi bolsillo y lo saqué

- Kendall, ya hablamos de los celulares en la mesa. -ignoré a mi madre y leí el mensaje.

De: Amanda

Genial. Ya va a empezar a chillar.

- Kendall, tu madre te habla.

"¡¿Que?! ¿Fue por la perra esa? ¿La nueva cierto? "

¿De que demonios hablaba? Yo no había terminado con ella por esa chica, Kendall.

- ¡Kendall Adams! -exclamó mi padre y lo miré- ¿Qué es esta osadía tuya? ¡Debes atender cuando te hablan!

- Era solo un mensaje de texto, ya pasó -dije para volver a comer tranquilo, pero al parecer eso no estaba en los planes de mi padre.

- ¡A tu habitación ya!

- ¿Que? -me reí- Ya no tengo 10 años.

- Seguiré siendo tu padre tengas la edad que tengas.

- No sabes cuanto me gustaría cambiar eso. -me puse de pie y subí a mi habitación.

Odiaba no tener una relación padre-hijo, pero no le tomaba tanta importancia, pero después de todo, algún día él se iba a morir y ya no lo tendría para que me jodiera la vida más.

Esperaba con ansias ese día.

Pero por ahora, tenía que aguantarlo. A él y a su mierda.

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¡Arreglado el 12/10/15!

Kendall y KendallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora