Narra Kendall McCartney
- No sé qué tengo que hacer para mantenerlo alejado de ti. -dijo Kendall poniéndose el cinturón de seguridad.
- Nada. Quieras o no, Connor es mi amigo. Y gracias a él me he dado cuenta de cosas que tú no me habías dicho. -me crucé de brazos.
- Te lo iba a decir todo. -encendió el auto.
- ¿Ah sí? -asintió- ¿Cuándo?
- Emm... Unos días después. -mintió.
- Sí, lo que tú digas. -rodé los ojos y él empezó a conducir.
- Pero la discusión no es sobre si te lo iba a decir o no, es sobre que Connor siempre está revoloteando como mariposa a tu alrededor y si no se aleja pronto, tendrá que asumir las consecuencias. -alcé una ceja- Baja esa ceja.
- No. Estás siendo muy ridículo. -me quejé- Sí, puede que le guste a él, y sí, puede que sea muy bueno tratando a las chicas, pero yo...
- ¿Qué? -me miró con el ceño fruncido.
Error.
- ¿Me estás diciendo que ese imbécil te trata mejor que yo? -preguntó molesto.
- Nunca dije eso, cálmate. -paramos en el semáforo en rojo.
- No, no me voy a calmar. ¿Te gusta ese idiota, verdad? Dímelo, Kendall. Es mejor que acabes con todo esto de una vez y...
- ¡No seas dramático, mierda! -exclamé más fuerte y él guardó silencio- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me gusta Connor ni Gustave ni ninguno otro? -bajé mi tono- Me gustas tú y solo tú. -le sonreí para aliviarlo.
Se sentía tan raro decirlo tan... Libremente.
- Prométeme algo. -dijo más calmado.
- ¿Qué cosa?
- Si casualmente nosotros no llegáramos a estar juntos por alguna razón, que espero que no suceda, no te vas a ir con él. -me estaba mirando fijo y sus ojos... Dios, sus ojos...
- Lo prometo. -solté y él sonrió satisfecho.
- Bien. -se acercó y besó rápidamente mis labios.
Seguimos charlando tonterías hasta llegar a mi casa.
Ya era hora de almorzar, así que estuve apunto de ofrecerle que se quedara, pero recibió una llamada y la contestó.
- ¿Sí?... No, no puedo... ¡No! -rodó los ojos- No quiero, sabes que odio a la tía Pauline... Bueno, bueno, no la odio, es solo que es muy chillona y habla mucha mierda, y... Ya ya, perdón. -quería reír fuertemente, pero no quería ser irrespetuosa- Bien... Sí, perdón... Llego en 49 minutos... Bueno, 30. -sonreí- Adiós. -quitó el celular de su oreja- Lo siento. -ambos reímos- Mi papá dice que tengo que ir a almorzar a casa porque mi tía está allí de paso, porque ella vive en Los Ángeles y quería ver a toda la familia. -rodó los ojos- Quería quedarme contigo, en serio, pero si no llego en media hora, mi papá me mata...
- Tranquilo, de todos modos creo que mis padres están adentro.
- ¿No hay problema? ¿Segura? -asentí con una sonrisa- Entonces... ¿Nos vemos más tarde? -volví a asentir- ¿Paso por ti a las 5? Para que estés lista y eso. -asentí otra vez- Deja de asentir, siento como si estuviera mandándote a algo. -rió y sonreí de lado.
Cómo amaba su risa...
- Te veo luego. -dije y se quitó el cinturón de seguridad, para inclinarse mejor hacia mi. Se quedó mirándome a escasos milímetros de mi rostro y yo solo sentía como mi estómago me daba vueltas.
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Kendall y Kendall
Teen Fiction[ACTUALMENTE EN EDICIÓN] Kendall es egocéntrico y Kendall es sencilla. Kendall es un idiota y Kendall es lista. Kendall es narcisista y Kendall es humilde. Kendall cree que con un par de ojos verdes y un cuerpo perfecto tiene al mundo en la palma de...