Kendall y Kendall

41. "-¡Cállate Peter!"

Me fui de casa de Kendall a eso de las 7, ya que sus padres llegarían a las 7:30 y no quería que ella tuviese problemas con ellos por mi culpa. Bueno, por culpa del alcohol que tomé la noche anterior.

Estacioné el auto frente a mi casa y bajé, caminé hasta la puerta y la abrí, encontrando a Nathan en el sofá... Besuqueándose con una pelinegra.

- ¿Hola? -dije mientras cerraba la puerta y mi hermano y esa chica se separaron, ambos me miraron: tenían las mejillas rojas y la respiración irregular.

- ¡Kendall, hermano! -dijo poniéndose de pie rápidamente y acomodando su cabello con sus manos- Te presento a Cinthia...

- Tamara. -corrigió ella.

- Como sea. -murmuró él sin mirarla- ¿Podemos hablar en la cocina un momento? -asentí- Ahora vengo, preciosa.

- Bueno.

Caminamos hasta la cocina y él se arrecostó en la alacena.

- No les digas a mamá y a papá que traje una chica, por favor. -rogó juntando sus manos.

A papá y a mamá, sobre todo a papá, les molesta que traigamos chicas desconocidas a casa.

Me asomé por la sala sin que la chica me viera y vi que estaba acomodando su escote para que se viera grande. Zorra.

- ¿Es tu novia?

- ¿Qué? No -mi hermano rió-, es solo una chica más.

- ¿Ella te quiere? -mi hermano frunció el ceño.

- ¿Qué te pasa? Andas más... Marica que de costumbre.

- No soy marica, idiota. El marica eres tú por estar engañándola haciéndole creer que la quieres. -ya sonaba como Kendall.

- Kendall te dijo eso, ¿cierto?

Adivina adivinador...

- Eso no es lo que importa ahora...

- Te enamoraste. -fingió una cara de ternura.

- No, ella me gusta y... Y la amo. Pero no estoy enamorado.

- Ay, lo siento -alzó sus manos en el aire-, no te alteres. Sólo no le digas a papá o a mamá que Katia está aquí.

- Bien... Si yo fuera tú, me iría ya. Porque ellos llegarán en cualquier momento.

- Sí, gracias. -se levantó y se fue.

Suspiré y subí a mi habitación, cuando abrí la puerta, encontré a Chad en mi cama con una laptop.

- ¿Qué haces aquí?

- El Wi-Fi llega mejor aquí que en mi habitación. -dijo alzando sus hombros- ¿Adónde estabas? -hizo una pausa- Si estabas en un prostíbulo, por favor ni contestes.

- No estaba en un prostíbulo. -dije rodando mis ojos- Pasé la noche, y todo el día, en la casa de Kendall.

- ¡¿Te acostaste con ella?!