45. "-Quiero intentarlo."

356K 23.9K 11K
                                    

Nota: a algunas personas no les aparecía este capítulo completo. Lo reescribí (ya que en Wattpad no se puede "copiar y pegar"), no tiene NINGÚN cambio. Pronto terminaré el capítulo 46. Tengo 6 horas de estar frente a la computadora y no aguanto las manos. TAL VEZ publique. Nada seguro.

Ya pueden seguir leyendo jajaja

--------------------------------



- ¿Ya me puedo quitar esto de los ojos? -pregunté llevándome la mano a la camisa negra que llevaba sobre los ojos- Además creo que esta camisa está sucia.

- No, aún no. -me respondió- Y prefiero no responder eso último.

- ¡Kendall! -me quejé.

- Espera un poco más. -dijo riendo.


Su risa... Dios mío.

Lo podía imaginar riendo... Perfecto.

Podía sentarme en un sofá frente a Kendall y escucharlo reír por el resto de mi vida. De verdad.


Sentí que apagó el auto y oí la puerta abrirse.


- ¿Kendall? -pregunté, pero no hubo respuesta- Kendall... -llamé y oí como la puerta a mi lado se abría.

- Aquí estoy. - escuché su voz. Tomó mi mano y me ayudó a ponerme de pie.

-En serio quiero quitarme esto de los ojos. -confesé.

- Oh, cierto. -rió otra vez y me lo quitó, recibiendo a mi vista con su sonrisa- Lo siento.


Miré a mi alrededor y reconocí el lugar al instante.


- ¿Qué hacemos aquí? -pregunté confundida. Él se acercó a su auto otra vez y sacó las bolsas del restaurante.

- Vamos a cenar.

- ¿Qué? -reí.

- Sí. -me sonrió y cerró la puerta del auto. Me tomó con su mano libre y empezamos a caminar hacia aquel viejo árbol que tanto le gustaba.

Me pregunto por qué tanto amor a este lugar.

Sabía que venía con sus hermanos y son su padre antes, pero sus hermanos y con su padre antes, pero sus hermanos ya son universitarios y su padre y él no tienen una buena relación, entonces, el que le gustara el lugar, era un poco confuso.


Caminamos de la mano y en silencio. Yo mantenía mi sonrisa y creo que él igual. Este momento me resultaba tan... ficticio. Jamás pensé que yo tendría una cita así. Cenando con el chico que le da vueltas a mi mundo, aquí, mirando las luces de la ciudad y el cielo nocturno.

Era perfecto.

Cuando estábamos a unos cuantos metros de llegar, sentí como si mis zapatos se aferraban al suelo. Miré hacia abajo.


No es cierto...


- ¿Qué pasa? -me preguntó él al ver que no avanzaba.

- Mis tacones... Mis tacones se enterraron en la tierra. -confesé avergonzada y él miró mis zapatos. Al instante, empezó a reír- ¡No te rías! -siguió riendo- ¡Ayúdame a salir!

Kendall y KendallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora