Kendall y Kendall

72. "-Funcionó."

Narra Kendall McCartney

Al sonar el timbre de mi casa, supe que debía levantarme.
No me había duchado aún, no había desayunado tampoco... Me sentía como la mierda.

Al bajar, me di cuenta de que todas las luces navideñas dentro de la casa, estaban apagadas. Mejor. No soportaría otro día más las luces parpadeando con la intención de dejarme ciega.

Caminé hasta la puerta y la abrí, encontrando a Chris y a Charlie. Quienes me miraron confundidos.

- ¿Qué te pasó? -entraron y cerraron la puerta, el frío afuera era espantoso.

- Kendall... -su preocupación se notó en sus rostros- Kendall se fue.

- ¿Qué? -asentí, otra vez las lágrimas no, por favor.

- Se fue a Los Ángeles... -y les expliqué todo. No pude evitar que las lágrimas salieran otra vez.

- Eso es... Muy raro. -dijo Charlie- No creo que se iría así si te pidió tiempo. No parecía tener intenciones de acabar todo así.

- Pero se fue. Tal vez en el tiempo en el que lo pensó, se dio cuenta de que debía irse... Yo apoyaba la idea de que se fuera para seguir su sueño, pero se fue así y no pude decirle nada...

Y me lamentaba. Muchísimo.
No haberle podido pedir perdón de la manera en la que debía.

  
- Bueno... Vine a hablar con ustedes dos. -dijo Charlie y ambos lo miramos. Se quitó la mochila que traía en su espalda y la abrió, sacando dos regalos. Me dio uno a mí y el otro a Chris- Como no estaré para navidad, quise traerles mis regalos antes. Pueden abrirlos.

- ¿Por qué? -preguntó Chris.

- Porque sí, es más divertido y emocional si lo abren cuando no estoy.

- Bien...

Ambos abrimos el regalo, bajo la mirada atenta del rubio.
Al quitarle el papel, encontré dos fotografías enmarcadas. Una, éramos nosotros 3, en una foto que nos habíamos tomado meses atrás. La otra, éramos los 3, pero haciendo unas muecas extrañas.

- Son para que no me olviden. -alcé la mirada hacia él y Chris igual.

- No lo haremos. -prometí.

  
Los 3 nos acercamos y nos dimos el abrazo más fuerte desde que nos conocemos.

      
  
Decidí ducharme para ir con Chris a dejar a Charlie al aeropuerto.
Salimos de casa y subimos en el auto de Chris, en el que estaban las maletas de Charlie.

Al llegar al aeropuerto, los recuerdos de horas anteriores volvieron a mí. El rostro de Kendall cuando me miró...

Suspiré profundamente, no quería llorar en público.
   

Encontramos a la familia de Charlie, quienes, según el rubio, tenían horas de estar ahí.

Se giró hacia nosotros.

   
- Esta es la despedida.

- No creo que lo sea.