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capítulo treinta: intento de ayuda.

Miércoles 9 de Abril.

Las vacaciones de pascuas de Remus no fueron divertidas como usualmente lo eran. Descubrió que su humor se ponía aún más sensible cuándo Mareena no estaba en Hogwarts y sus amigos pagaban por ese mal humor. Estaba irritante todo el tiempo y no podía concentrarse siquiera en la tarea que debía completar.

Lily ayudaba lo más que podía con las pociones pero también tenía cosas que hacer y no podía estar al pendiente de Remus todo el tiempo.
Mientras tanto el resto de los merodeadores debían ser cuidadosos con lo que decían delante de él o podrían recibir un golpe o insulto de su parte.

La hora del almuerzo era una de las más intensas para los chicos porque era la hora del correo y había escuchando a Mareena decir que le escribiría a Sirius. Sin embargo nunca llegaba una carta de su parte y ponía a Remus muy nervioso y a Sirius cada vez más harto de él.

—¡¿Por qué no le escribes tú que estás tan interesado?! —le gritó en medio del almuerzo un miércoles.

—¡Porqué no quiero meterla en problemas maldito idiota!

Todo el gran salón con los alumnos que se habían quedado en las pascuas los miraban y aunque a Sirius le encantaba ser el centro de atención la mayoría de las veces, estos días Remus había agotado su paciencia. Agarró un papel y escribió apurado en un pequeño pedazo de pergamino que arrancó de la tarea que debía entregar, luego se la ató a la lechuza de James sin preguntar y está salió volando.

—¡¿Contento?! Ahora déjame comer en paz, idiota.

La respuesta llegó más rápido de lo que creyó. Esa misma tarde, cuando estaban todos estaban sentados debajo de un árbol haciendo tarea (habían descubierto que estar fuera del castillo, en la naturaleza, tranquilizaba a Remus), la lechuza de James se posó en su hombro y desenvolvió el papel que tenía en su pata sin decirle a nadie. Sin embargo, Remus alzó la cabeza, podía sentir el aroma de Mareena en ese pedacito de papel.

Rápidamente le preguntó que decía pero James no hablaba, Sirius intentó quitarle la nota pero Remus de levantó más rápido y la alcanzó antes.

—¡Devuelve eso! —gritó Sirius detrás de él, pero el castaño no le hacía caso, solo miraba la nota sin palabras—. Dime por lo menos que dice la maldita nota.

—"Las cosas se complicaron aquí. No me escribas, por favor." —hubo un completo silencio entre los cuatro chicos, James miraba hacia el suelo, Sirius a Remus y él a la nota que aún conservaba su aroma. De pronto él comenzó a caminar hacía el árbol de nuevo y juntó sus cosas—. Yo sabía que no debía dejarla ir sola allí, tenía un presentimiento pero no le presté atención. ¡Idiota!

Sirius lo siguió, estaba tan enojado y preocupado como él y pensaba en golpearlo para calmarlo pero James llegó antes y los detuvo a los dos.

—¿A dónde piensas ir? ¿A rescatarla de su casa? Tch, como si tuvieras derecho. O siquiera pudieras, Remus, si estás por mucho tiempo junto a ella comienzas a babear y no puedes formular palabra ¿Piensas que en ese estado puedes aparecer en su casa y sacarla de allí? —dijo firmemente, a él también le había afectado el humor de sus dos amigos en los últimos días—. Y tú, deja de querer buscar pelea con él solo porque estás celoso. Es Nathaniel a quién debes golpear porque es él quién se la va a tirar en su luna de miel, no Remus. Madura y deja de hacer estupideces, Sirius, deberías preocuparte más por ella que por donde anda su culo. Ella estará bien mientras estemos aquí y no la molestemos, volverá en tan solo unos días.

Las palabras de James hicieron que ambos se quedarán en silencio y volvieran a su lugar, era bueno en dar regaños cuando era necesario, tal como su madre, y cuando lo hacía generalmente funcionaban.

❛𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒❜ ᵃ ʳᵉᵐᵘˢ ˡᵘᵖⁱⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora