❛𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒❜ ᵃ ʳᵉᵐᵘˢ ˡᵘᵖⁱⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ

059

cap largo pero juro que vale la pena!!!

capítulo cincuenta y nueve: no te corresponde.

1972

—Slytherin, Slytherin, Slytherin...

—¿Slytherin? mmm...

—Por favor... Slytherin...

—¿Por qué Slytherin?

Mareena tragó saliva y apretó sus puños en su falda, sus manos temblaban e intentaba ocultarlo pero tenía demasiado miedo en ese momento. Nunca creyó que podría sentirse así por un simple sorteo de casas pero luego de lo que le habían hecho a Sirius, ella no podía pensar en otra cosa que en su destino si algo similar le ocurría.

—Mi madre... ella se sentirá muy orgullosa de mí si quedo en Slytherin. Por favor...

El sombrero suspiró.

—Tienes sangre de Slytherin, puedo sentirlo con fuerza... pero... también recuerdo que con tu padre también tuve esta charla y la vida me ha dado otra oportunidad...

—Por favor, no, haré lo que sea, cualquier cosa, yo- mi madre-

—... Slytherin es tu sangre pero tendrás un brillante futuro en RAVENCLAW.

Y su mundo, paró.

Su madre la había tirado al suelo de una bofetada, ahora no solo su nariz sangraba, sino que también su frente por un corte que se había hecho al caer sobre una mesa de vidrio en todas sus manos y rostro. Ella ya no tenía voz por gritarle tanto, Mareena tampoco tenía por rogarle tanto.

—Me matará, él me matará. Tenía una sola puta orden y tú... TÚ —intentó golpearla de nuevo pero la pequeña levantó las manos cubiertas de sangre haciendo que se detuviera—. Nos condenaste, ¿sabes? Me matarán por esto, y el día que eso llegue... tú morirás conmigo.

—¿Que tienes en las manos? —Mareena se levantó con su plato y vaso, y se cambió de lugar. La niña la siguió.— Déjame ver... ¿Quien te hizo daño?

La peli-negra no contestó, sabía que esa niña con la cabellera rizada era una sangre sucia, su madre había pasado todo en fin de semana asegurándose que sepa con quién debía y con quién no hablar.

Se levantó y dejó el gran salón sin probar un bocado de su almuerzo.

Caminó a lo largo de los pasillos sin rumbo, no veía a dónde iba pero tampoco le interesaba, quería huir de la gente, de sus voces, de los murmullos, de las miradas. A consecuencia de aquello, chocó contra alguien, solo pudo ver qué era un muchacho alto pero enseguida ella se levantó y corrió lejos de él. No había podido siquiera pedirle las disculpas.

Frustración, dolor, desesperación.

Las lágrimas corrieron por su rostro cuando encontró su escondite perfecto, abrazó sus piernas y se ocultó en ellas. Estaba detrás de una cortina, en un espacio entre dos columnas donde nadie podía encontrarla, pero la niña si lo hizo.

—¡Ahí estás! Te he buscado por todos lados —la niña se metió en el espacio con ella y la tomó de las manos con delicadeza—. Iremos a la enfermería juntas si le tienes miedo a los doctores, yo también lo tengo, bueno... en realidad no... pero creí que te haría sentir mejor.

Mareena la miró, Astrid era su nombre y ambas dormían en la misma habitación, era amiga de una chica albina, Olivia, traidora de sangre. Era gentil y le iba bien en clases pero... era hija de muggles. Estaba obligada a tratarla con indiferencia y desprecio, pero a pesar de eso ella estaba a su lado con una dulce sonrisa en sus labios.