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capítulo cincuenta: time goes around goes around.

1928. 

El cumpleaños de Remus había caído luna llena ese año y le entristecía no poder hacérselo saber. Estuvo toda la noche admirándola pensando en que cuando volvería le contaría sobre ello porque le parecía interesante (aunque era probable que el diera miles de razones por la cuál la luna llena en su cumpleaños era mala después de todo).
Esperaba volver a verlo pronto, a veces extrañaba hasta sus sermones y regalos, aunque, ya tres meses después, la situación le decía que iba a estar allí un tiempo más. 

Rigel hacía todo más llevadero, si no fuera porque se llevaban bien la espera hubiera sido una tortura. La llevaba a fiestas presentándola como su prometida para que no se aburriera de estar todo el tiempo encerrada con el reloj y a veces a lugares de Londres que no había conocido en su tiempo y época. Le gustaba andar entre los muggles y ver su evolución en tecnologías, ya que lo magos generalmente se mantuvieron en un mismo estilo por años, ellos eran más interesantes e incluso simpáticos. Mareena se mostró interesada en la moda de la época hasta que las faldas y vestidos la cansaron y extrañó ponerse pantalones de algodón.

Los días pasaron, las semanas corrieron y los meses se acumularon, primavera, verano, otoño y de nuevo invierno. El frío de aquella última época estacional volvía a acercarse cumpliendo un año desde que había llegado y ella seguía allí sin poder volver a casa.

—Se que es difícil, pero tal vez si intentamos con-

—No, Mareena. No hay forma que la sangre de hadas sirva, no había nada parecido cuando abrimos el reloj el año pasado y no podemos usarlo en base de suposiciones. Sería cruel y ni hablar de que ilegal.

—¡Pues propone una buena idea! Me estoy esforzando aquí, ¿Sabes?

Él suspiró y se tiró en el sillón mientras acariciaba su frente. Eran las once de la noche, lo que significaba que ella estaba con todas las energías y él ya las tenía agotadas. No tenía la fuerza para discutir pero en cambio ella sí, haciendo todo mucho más que complicado.

—El tiempo se agota, estamos a dos semanas del 25 y ¡no tenemos nada!

—Sabías que esto iba a durar más de lo que pensábamos —se quitó los lentes y los dejó descansar en su mesita mientras ella daba vueltas por la habitación, él notó que sus manos temblaban mientras se las ocultaba en los bolsillos del saco de lana color mostaza que le había comprado, ella estaba sensible y cualquier cosa que le dijera iba a tomarlo a la defensiva—, ambos nos estamos enfrentando a algo desconocido y avanzado. Y a menos que en el futuro se permita asesinar hadas para extraerles toda la sangre y poder vender miles de estos relojes al mundo, no creo que sea la pieza que buscamos.

—El problema es que no es solo una pieza —ella estaba al borde de las lágrimas de nuevo—, es todo el maldito reloj. 
 
Ella se sentó al lado de la chimenea y escondió su rostro en sus rodillas. Esperar todo un año para darse cuenta que no hicieron un gran avance era molesto, frustrante. Realmente se había esforzado y creyó durante todo ese tiempo que cuándo la fecha inicial se cumpliera, ella estaría de vuelta.

Rigel pensó lo mismo, cuándo escuchó de que se trataba de un reloj nunca pensó que iba a ser tan difícil. La escuchó llorar hasta que decidió levantarse y sentarse junto a ella. Mareena descansó su cuerpo en su pecho mientras él acariciaba su cabello. Ella no lo culpaba. Los dos estaban en ese trabajo y los dos tenían la responsabilidad de que aún no estuviera listo.

—Tal vez no somos lo suficientemente inteligentes —dijo ella y él chistó la lengua—. Tal vez nunca vuelva y me quedaré aquí por siempre.

—Eres muy dramática —la separó de él, tomó su barbilla y obligó a que lo mirase—. ¿Crees que querría tenerte dando vueltas por mi living todas las noches como un fantasma?

❛𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒❜ ᵃ ʳᵉᵐᵘˢ ˡᵘᵖⁱⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora