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capítulo quince: maldita.

Miercoles 7 de Enero.

Siempre le había gustado dormir, era una sensación tan placentera y simple que hasta lo usaba como escape de su madre y sus clases de como ser una señorita y sus primas obligandola a peinarlas. Aún así siempre tenía ojeras, eran genéticas pues su madre también tenía aunque las tapaba con maquillaje. No les disgustaba, eran algo de ella como la habilidad de Sirius de hacer piruetas con la escoba o la de Regulus de citar siempre una frase se algún autor célebre con precisión.

Cuando volvió a Hogwarts en el segundo año las ojeras dejaron de ser algo genético para convertirse en la consecuencia de no dormir bien. Primero pensó que la maldición de su madre no duraría, ¿que madre podría hacerle eso a su hija solo por haber quedado en una casa diferente?, pero pasaron semanas, meses, y todo seguía igual. No dormía de noche pero ni bien amanecía el sueño la invadía.

Culpa de haber creído en que su madre no sería capaz, la maldición ya no se pudo remover y ahora debía vivir con eso durante toda su vida. Creía que esa era la razón por la cual su madre había arreglado un matrimonio cuando ella recién cumplía 16 años, porque iba a ser difícil para ella conseguir un trabajo en el ministerio que solo sea de noche. ¿Se sentía culpable? No, quería mantener su reputación y casando a su hija con un chico de sangre pura rico era la solución.

No sabía como había logrado convencer a la madre de Malfoy de todo eso, era una mujer dulce y no parecía ser de las que arruina la felicidad de su hijo solo por un matrimonio por conveniencia. Pero ¿Y si no había sido ella la que estaba a cargo? Tras la muerte del padre de Nathaniel, Lucius se había convertido en el heredero y encargado de la familia, él sí era capaz de hacer eso.

Ambas familias dispuestas a arruinar a dos jóvenes solo por capricho y su estupidez de mantener la sangre pura. Era una suerte haber sido emparejada con alguien con los pensamientos no tan diferentes a los de ella, Nathaniel era distinto con sus amigos que con ella, parecía ser él mismo cuando hablaba con Mareena.

—Le pedí las notas de la clase al prefecto de Ravenclaw, parece que cursa las mismas materias que tu menos astronomía aunque supongo que no tendrás problemas con esa —sonrió Nathaniel intentando animarla.— También hice que un chico de tu año de Slytherin haga tu tarea de Historia de la magia y Pociones, me debía un favor.

Mareena levantó una ceja.

—¿Por qué todos te deben favores? No estarás en algo raro, Nate.

Nathaniel rió e hizo balancear su silla.

—No hago nada, solo tomo las oportunidades cuando se presen-

En ese momento Nathaniel cayó de espalda al suelo, ella estalló de risa mientras él miraba confundido hacía todos lados buscando la razón por la cual se había caído pero no veía nada. Sirius se sacó la capa de invisibilidad al mismo tiempo que reía y el resto de los merodeadores entraba por la enfermería. Remus y Nathaniel cruzaron miradas y no le prestó mucha atención a Sirius que estaba ahora a su lado, cuándo lo hizo agarró su varita con fuerza dispuesto a combatir con ellos.

—Nate, está bien, no necesitas hacer eso. —él no entendía, claro, si no había tenido tiempo de explicarle la verdad mientras estaban en su casa pues los elfos domésticos habían recibido ordenes de espiarla.— Son mis amigos.

—¿Amigos?

Mareena le explicó rápido lo que habían hecho ellos por ella cuando apareció en su casa, como la habían cuidado y protegiendo, y que ellos sabían la verdad. También sobre el lado bueno de su matrimonio, que ya no debía no ser ella.

❛𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒❜ ᵃ ʳᵉᵐᵘˢ ˡᵘᵖⁱⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora