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capítulo cuarenta y uno: pausa. 

Miércoles 16 de septiembre. 

McGonagall tenía la mirada fija en Mareena quién cabeceaba amenazando con dormirse en la mitad de su castigo. Estaba limpiando una alacena con cosas viejas dentro pero la actividad no parecía ser suficiente para mantenerla despierta. Cuando la profesora quiso acordar, Mareena cayó literalmente dormida golpeándose la cabeza contra un borde. El golpe tampoco la despertó sino que siguió durmiendo en el suelo como si de su cama se tratase.

La profesora gritó y justo en ese momento Remus Lupin entró al salón con papeles de otros profesores en su mano.

—¡Lupin! Ven aquí, ayudame, Black se acaba de dormir parada y podría haberse hecho daño.

Él suspiró.

—¿De nuevo? Debe ser la cuarta vez en la semana, y eso que hoy es miércoles —dijo sin pensar.

Cuando levantó la mirada y notó que su profesora lo miraba de manera extraña se puso nervioso e intentó salvar la situación.

—Es decir, me dijeron, no es que yo sepa de ella porque quiera es que... ella... yo... nada entre nosotros, es decir, ella es Black y desprecio a los Black menos Sirius clar-

—Lupin, solo- cargala y llévala a la enfermería —McGonagall agarró los papeles que él tenía, le agradeció y esperó a que se moviera de su lugar para cargarla, pero él estaba enrojecido y sin palabras—. ¡Eres delegado! Es tu deber.

Él asintió rápidamente y corrió para alzar a Mareena que ahora tenía un hilo de sangre cayendo por su frente debido al golpe. Salió con ella en sus brazos y caminó hasta la enfermería. No era un camino muy largo hasta allí pero esperaba que nadie los cruce en el camino, no podría explicarlo bien si alguien los veía de esa manera tan comprometida.

Ella dormía tranquilamente en su pecho, no se había dado cuenta que había sido levantada del suelo y que se estaba moviendo. Él se preguntaba que estaría soñando que la tenía tan relajada y tranquila.

En ese momento, Malfoy dobló un pasillo con rapidez y se detuvo en seco al verlos. Caminó dando zancadas hasta donde estaban con el ceño fruncido y los puños apretados.

—Se durmió en su castigo, solo la llevo a la enfermería por ordenes de McGonagall —se excusó antes de que a Nathaniel se le ocurra derribarlo de un puñetazo.

—Sueltala —fue lo único que dijo antes de sacársela de encima con fuerza y cargarla él mismo—. La puedo llevar yo mismo.

Dejó que el rubio la tenga pero no se fue cuando él se lo dijo haciéndolo enojar más.

—Vete o te haré irte a la fuerza. 

Remus subió los hombros restandole importancia a su amenaza. 

—Ordenes de McGonagall. 

Nathaniel murmuró algo entre dientes y dejó que el castaño lo acompañase. Remus iba con las manos en los bolsillos de su pantalón mirando a Mareena de vez en cuando pero intentando no ser tan obvio de que la estaba vigilando en caso de que despertara y no entendiese lo que estaba pasando. 

El camino silencioso de ambos chicos de séptimo año se estaba volviendo pesado e incómodo pero ninguno de los dos quería hablar con el otro. Sin embargo, Remus tenía preguntas para hacerle al rubio y pensaba que tal vez nunca tendría otra oportunidad como esa.

—¿Puedo preguntarte si progresaste con romper el juramento?

—Ya lo hiciste.

Remus suspiró, no había caso, lo había intentado y había fallado en intentar cruzar palabra con Nathaniel Malfoy. Se quedó en silencio mirando fijamente hacia delante sin intenciones de volver a hablar con él pero fue Nathaniel quién volvió a la conversación.

❛𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒❜ ᵃ ʳᵉᵐᵘˢ ˡᵘᵖⁱⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora