❛𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒❜ ᵃ ʳᵉᵐᵘˢ ˡᵘᵖⁱⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ

011

capitulo once: boda.

viernes 19 de diciembre.

Creía haber hecho lo mejor para sus amigas y para Remus en alejarse de ellos. Fingir una pelea era la mejor forma que no la busquen luego y más con un tema como el estatus de sangre que hoy en día era tan conflictivo a causa de la guerra mágica en la cual su familia estaba a favor del señor tenebroso, como ellos lo llamaban.

Recostó su cabeza en el hombro de Regulus mientras viajaban de vuelta a casa por las vacaciones de invierno, ninguno de los dos estaba contento de volver pero no era opción quedarse en Hogwarts teniendo la boda de Narcissa a la vuelta de la esquina.

—¿Podrás ayudarme con algunos trabajos atrasados que tengo? —preguntó al mismo tiempo que miraba por la ventana como se acercaba la estación de King's Cross— ¿O tienes mejores cosas de 'heredero' que atender? 

Él sonrió y movió la cabeza de un lado al otro.

—Cualquier cosa es mejor que aprender sobre los Black pasados y finanzas. 

El tren finalmente se detuvo y se pararon para llevar sus maletas. Afuera estaban ambas familias esperándolos, el vientre de su madre había crecido notablemente y lo acariciaba seguido mientras hablaba de su embarazo soñado. La sonrisa del rostro de su madre que estaba hablando con la madre de Malfoy se borró cuando la vio llegar, recorrió su cuerpo de arriba hacia abajo e hizo una mueca.

—Sabes que existe el maquillaje para borrar esas horrendas ojeras, ¿verdad? —luego miró a la mujer rubia a su lado y sonrió cuando Nathaniel se puso a su lado.— Que joven tan apuesto tienes, Desiré, lamento no poder decir lo mismo de la mía. 

Nathaniel le tiró una mirada fulminante y luego la miró a ella con ojos piadosos para ver su reacción pero a ella no le importaba, bostezaba mientras pensaba en como iba a dormir ni bien llegue a su casa. 

—Pero que cosas dices Elaine, es una muchacha encantadora con un grave problema de ojeras ¡pero no puedes culparla! es genético ¿acaso no te recuerdas en tu juventud? horribles bolsas cayendo debajo de tus ojos, —rió Desiré y Mareena tuvo que aguantar las ganas de seguirle con una carcajada— ni los mejores hechizos reducidores lograban hacerlas menos visibles.

No pudo aguantar más y rió, nunca había escuchado a alguien hablarle así a su madre y realmente estaba disfrutando el momento. La madre de Nathaniel le sonrió pero su hijo no, miraba a las tres mujeres como si estuviese en medio de un campo de guerra. 

—¡Y mira! es mucho más simpática y bonita de lo que tu eras. —la mujer pasó una mano por su barbilla y movió su rostro para analizarlo, luego lo soltó sin dejar de sonreír.— Ya me caes bien niña. 

A ella también le caía bien pero no lo dijo pues la mirada furiosa de su madre le dejó en claro que si decía algo sería lo último que diría. Nathaniel la empujó juguetonamente y le sonrió luego de escuchar las palabras de su madre; él tenía los ojos celestes de su madre al igual que el cabello y la sonrisa, era una mujer muy bonita y (sorprendente para era luego de ver la actitud de sus dos hijos) simpática. 

No dijeron más nada y su madre la sacó a tirones de allí, ella saludó a Nathaniel con la mano antes de irse y le gritó que lo vería en la boda, después de todo él era el único amigo que le quedaba.

miércoles 24 de diciembre

Narcissa había planeado cada segundo de la boda, había elegido hacer la celebración el día antes de navidad para pasar su luna de miel en Praga y recorrer la hermosa capital en su mejor momento, luego irían a Francia y ver el show de año nuevo en la torre eiffel. Pocos tenían la suerte de ella de venir de una familia adinerada y casarse con uno aún más adinerado, también con un futuro esposo que poco le importaba en que gastaba dinero su prometida.