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Capítulo sesenta y uno:

—No puedes venir cada vez que tienes un problema, tengo responsabilidades, un trabajo, soy jefe de casa, mi deber es cuidar a los niños ¿Crees que a Dumbledore le va a gustar que falte tanto por "intoxicación por pociones"? ¡En mi vida me he intoxicado con el humo de las pociones!

Severus dejó una taza de café en la mesa de vidrio y se sentó en el sillón individual, tomó un sorbo del suyo y observó a Mareena quién tenía las ojeras por el piso y parecía no comer desde hacía días a pesar de él dejarle siempre unos aperitivos.

—Veo que te quejas pero no que me eches, seguiré aquí hasta que te atrevas a hacerla.

—No estás comiendo —le reprochó.

—Ni tu trabajando —Severus la miró serio con el ceño fruncido, estaba por regañarla cuando ella suspiró deteniendolo, le dolía mucho la cabeza como para escucharlo gritarle de nuevo—. El señor de las tinieblas me ha estado invitando a su casa a comer con él.

—¿Pero comes?

—Lo intento, pero cada vez que acerco algo a mi boca este pequeño amiguito se lo devora —Mareena acarició la pequeña serpiente que crecía enrollada a su oreja y escondida en su pelo quien últimamente se había convertido en su mejor amiga. Severus le lanzó una mirada reprobatoria y ella giró los ojos—. Claro que como, solo que mi apetito se reduce cuando tengo que estar en la misma habitación con Voldemort. No es muy lindo tener que comer mientras él me habla sobre su brillante idea de quemar muggles en la plaza como ellos hicieron una época con las brujas.

Severus se quedó en silencio unos segundos, ella jugó con su taza de café sin demasiadas ganas de tomarlo, últimamente era casi lo único que tomaba durante el día porque Voldemort la paseaba de aquí hacia allá enseñándole cosas de libros y pidiendo su opinión en algunos temas convirtiéndola en su aprendiz. Aquello Severus lo sabía perfectamente y temía que si ella pasaba mucho tiempo con él pronto revelaría que no estaba interesada, o peor, que él la convenza.

Mareena tenía un tema en su cabeza que no dejaba de dar vueltas, no había encontrado el momento para preguntarle a Voldemort y tampoco se atrevía, creyó que Remus tal vez tendría la respuesta pues para ella él lo sabía todo pero no era una fuente que quería concurrir ahora, y Severus era su última opción ya que no había forma de saberlo sin irse a lo ilegal y peligroso. Lo que le había dicho la versión joven de el señor tenebroso sobre que ella tenía una profecía era difícil de comprobar y fácil de confundir, podría haber otras Black con el mismo nombre pues era tradición repetirlo y no era ella a la que se refería, pero aún así la duda no la dejaba dormir.

—Él dijo que tú fuiste el que escuchó parte de la profecía —comenzó y pudo ver cómo el rostro de Severus se oscureció, sabía que ello significaba ser también responsable de la muerte de James y Lily—, pero ¿puede ser que hayas escuchado sobre otra también?

La miró confundido.

—En la misma noche no, ¿a cual te refieres?

Ella se movió incómoda, claramente ocultaba algo y cerró su mente completamente evitando que él pudiera ver algo que ella no quería.

—Una sobre una mujer Black... no se más que eso.

—No he escuchado nunca nada sobre eso, ¿crees que tienes una profecía propia?

—¿Yo? No, claro que no. Solo me pareció una vez escuchar algo sobre la heredera de una profecía y se refería a alguien de mi familia. Solo tenía curiosidad sobre eso, si dice algo de Bellatrix me gustaría estar al tanto para saber con que me voy a enfrentar en un futuro.

❛𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐒❜ ᵃ ʳᵉᵐᵘˢ ˡᵘᵖⁱⁿ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora