Capítulo IV: Face to face.

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Sia White;

Observo a mi exnovio con todo el odio y desprecio que soy capaz de demostrar, ¿cómo puede ser tan cara dura? Aprieto los puños, mi madre nos repara con el ceño fruncido. James se acerca a mí con las claras intenciones de besarme, retrocedo como respuesta. ¿Qué se ha creído? Ni siquiera porque mi madre se encuentre presente estoy obligada a besarlo después de lo que hizo. Controlo mis impulsos, tampoco pienso abofetearlo por su desfachatez frente a mi progenitora, aunque bien merecido lo tendría. Le señalo el camino a mi habitación, el cual ya conoce, evidentemente. ÉL no echó ni uno, ni dos meses a la basura, fueron cuatro años de relación.  Una vez escucho la puerta del cuarto cerrarse, impacto mi mano en su mejilla, logrando que retroceda. Los tacones que llevo puestos me dan unos cuantos centímetros más de estatura, sus ojos están abiertos en demasía. No entiendo la razón de que se encuentre tan sorprendido, todos tenemos un nivel de tolerancia y yo ya llegué al mío.

—Eres increíble y no en el buen sentido de la palabra, ¿cómo puedes ser tan cínico? ¿No te quedó claro que te quiero fuera de mi vida? —Mascullo con los puños apretados, intento hablar los más bajo posible para no llamar todavía más la atención de mamá; pero siento que cuando el traidor frente a mí abra la boca, me resultará imposible. Mi exnovio se concentra en detallar mi apariencia por primera desde que llegué. Su ceño se frunce ligeramente, no es nada normal que alguien se encuentre con el maquillaje corrido, despeinada y con ojeras a pleno mediodía. Sí, dormí muchísimo más de lo que pensaba. En mi defensa, el desconocido no me permitió dormir en toda la madrugada; es una suerte que despertara a esta hora, supongo y debo agradecer la insistencia de Jenny por hablar conmigo.

—No me diste más opción, Sia, has ignorado mis mensajes, flores, chocolates y ya no sabía qué hacer para llamar tu atención. —Se despeina el cabello, y camina de un lado a otro con nerviosismo. Esto es nuevo, no pensé que el fuerte y autoritario James conociera un sentimiento como el miedo, es una lástima que no pueda creer nada que venga de él a estas alturas.

—¿Qué esperabas? Oh… ¡Ya sé! Que me sentara contigo y tus amantes a platicar lo que hacías con ellas en la cama. —inquiero y él bufa. ¿Dónde quedó la Sia que lloraba por los rincones de mi habitación apenas ayer? Pues… digamos que estoy realmente dolida, pero no pienso demostrárselo.

—Te he repetido hasta el cansancio que me hicieron un maldito montaje, ¿cómo puedes creer que yo te voy a engañar? Eres mi vida, Sia, nunca he amado a nadie como te amo a ti, jamás haría algo que te hiciera daño…—repite el mismo monólogo del hombre enamorado que jamás lastimaría a su amada, en fin, solamente son intentos frustrados de recuperar lo que teníamos antes de lo ocurrido.

—¡Demuéstralo! —espeto, olvidando mi propósito inicial. Desde que recibí las malditas fotos él no ha parado de perjurar que es u montaje de alguien malintencionado que quiere molestarlo. ¿Quién perdería su tiempo de esa manera? Ni siquiera tiene enemigos, al contrario, la familia Sanromán es respetada y querida. Sobre todo, el hermano mayor de James, un hermano con el que no se relaciona mucho por motivos que no son de mi conocimiento. 

—No sé cómo, pero lo haré, lo prometo, no me resignaré a perder al amor de mi vida por algo que no hice…

Es lo último que dijo antes de salir de mi habitación, me despojo de los zapatos y la ropa y decido darme un baño. La puerta de mi habitación se abre y sonrío al pensar que se trata de Jenny en busca de la primicia de lo sucedido con el desconocido. La única vez que soy despistada en mi vida, ¿tenía que olvidar preguntarle el nombre al hombre más ardiente que he conocido en mi vida? ¡Por Dios, Sia! Niego frenéticamente, mi ex acaba de irse con la promesa de que me demostrará que nunca me engañó y yo aquí pensando en el desconocido de anoche. Sé que James no podrá demostrarme nada, razón por la cual me he prohibido ilusionarme. Lastimosamente, no se trataba de Jenny, mi progenitora me observa con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

—¿Me puedes explicar qué sucede con James? —pregunta, tomando asiento en mi cama. Observo un punto fijo en la habitación. ¿Por cuánto tiempo más voy a aplazar la verdad? Que mis padres no lo sepan no quiere decir que no sea mi realidad.

—Nos hemos separada. —concluyo y ella abre los ojos. Sé que no esperaba esa respuesta de mi parte, pero me siento más liberada, no tengo que ocultar que ya no nos encontramos en una relación; fue él el que falló, no al revés.

—¿Puedo saber la razón que los llevó a tomar esa decisión? Cuatro años de relación no se echan a la basura por una rabieta de niños. —inquiere y enarco una ceja. Mi madre minimiza siempre los problemas que tenemos James y yo, y aunque es su sueño emparentar con la familia de su mejor amiga, no es razón suficiente para defender a James, incluso por encima de mí. Suspiro con resignación, ya que sé que es muy capaz de justificar a James y apoyar su versión del montaje. Nosotras nunca hemos sido muy unidas que digamos, siempre fui más apegada a mi padre y hermana; sin embargo, siempre trato de mantenerla informada sobre los acontecimientos que considere de importancia.

—Se acabó, es lo único que tienes que saber, mamá. Yo decidí terminar nuestra relación y listo…

—Pero, cariño, piénsalo bien, James es un buen chico y no todos los jóvenes de hoy en día están dispuestos a formalizar algo. —comienza y nunca en mi vida había estado tan contenta al ver a mi mejor amiga entrar por la puerta.
                                 …..

—Te admiro, soportar una resaca es bastante molesto, imagino que lidiar con James y la resaca a la vez debe ser una tortura. ¿Cómo pudiste aguantar tanto a su lado? —agrega y me encojo de hombros. Estaba muy enamorada de James, una parte de mía aún continúa queriéndolo. Engañarme a mí misma diciendo que no lo quiero es algo que no voy a hacer, ya quedó más que claro que me lastimó muchísimo con su traición, sino sintiera nada por él, su traición no me habría importado. 

—Lo quería. Él…—Me tiembla la voz y ella niega. Las horas pasan y con ellas voy contado a detalle todo lo que sucedió la noche anterior con el desconocido. —Dudo mucho que me vuelva a topar con él algún día y creo que es mejor así. Tenías que verlo, Jenny… ¡Dios mío! —mascullo ante el recuerdo del ardiente espécimen de hombre con el que compartí la mayor parte de la madrugada. Pensar en ello me distrae bastante. Jenny termina quedándose en mi casa, ya que tenía muchas cosas que contarme, relacionadas con cierto chico tamaño edificio, que por alguna razón me resulta familia.

—¿Estás consciente que dentro de dos días será prácticamente imposible evitar a James? —Cuestiona mi mejor amiga y yo asiento. Es hora de superar lo sucedido. Una cosa si tengo clara, nunca volveré a derramar una lágrima por James Sanromán, y espero con ansias el reinicio de las clases. Tengo el presentimiento de que este año será diferente en todos los sentidos que esa palabra puede abarcar.

Sia... [Libro #1] [Saga bebé] [Editando] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora