𝐖𝐈𝐄 (1) | Finn Shelby

Capítulo 13

Después de la conversación con Polly, la pelinegra decidió caminar hasta el Garrison, donde seguramente se encontrarían sus amigos.

—Hola, Bella.— saludó a la morena, quién se encontraba sirviendo a los clientes.

—Están dentro.— le dijo ella, con una sonrisa.

Asintió con la cabeza y entró al reservado, únicamente acomodado para los Peaky Blinders.

—Bueno, pero mira quien se digna a aparecer.— bromeó John, mientras la chica se sentaba.

—Lo siento, es que estaba con Esme.

—Idiota.— atacó el chico.

—Imbécil.

—Estúpida.

—Mononeuronal.

—Haya paz.— interrumpió Arthur, bebiendo el contenido de su vaso.

—Por cierto, espero que mañana hagáis sitio para un integrante más.— comentó Vic.

—¿Para quién?— dijo Finn, provocando que la chica lo mirase con una expresión de: "¿en serio?"

—Imposible.— habló Michael. —¿Lo has conseguido?

—Te dije que lo conseguiría.— dijo orgullosa. —Polly lo deja ir, siempre y cuando, no le pase nada.

Michael la abrazó y esta le correspondió el abrazo, bajo la atenta mirada de Finn.

—Bien. Me iré ya, porque mañana tiene pinta de que va a ser un día muy largo.— comentó Vicki, levantándose.

—Te acompaño, que es tarde.— accedió el pecoso.

—Cuidado, que no quiero ser tío antes de tiempo.— se burló John.

—¿Ves el puente que hay al cruzar las dos calles siguientes?— inquirió la pelinegra, mientras Finn abría la puerta.

—Sí.— contestó, fumando un cigarro.

—Pues a ver si un día de estos te tiras.— finalizó, mostrándole el dedo corazón.

—Luego me echarías de menos.

—Ni lo más mínimo.— Cruzó el marco de la puerta.

—Claro que sí, enana.— se escuchó decir a John, mientras ambos pecosos salían del Garrison.

—Tu hermano es completamente imbécil.— rió, caminando a su lado.

—¿Cuál de todos?— siguió la broma.

—Todos.— dijo, provocando que ambos riesen.

Llegaron hasta casa y entraron en ella.

—Vic.— la llamó.

—Dime.

—¿Qué os traéis Michael y tú?— inquirió, curioso.

—¿Nada?— mostró confusión. —¿Por qué lo preguntas?

—Ah. Pues como os había visto muy juntos.

—Estaba ayudándole con lo de Polly.— contestó, soltando una risita.

—Ah...— se limitó a contestar.

—¿Estás celoso?— Levantó una ceja.

—¿Por qué crees que me pondría celoso?— se puso serio y acortó un poco las distancia, mirándola desde arriba. —Soy un Shelby, harías lo que fuese simplemente por estar conmigo.

—Cariño, a mi no me hace falta un apellido para intentar intimidar o lo que quieras conseguir con ello.— palmeó su pecho. —Y sí estás intentando conquistarme, vas un poco jodido, Shelby.— susurró en su oído, recalcando su apellido.

—¿Me estás retando a ello?— contestó, mirándola de arriba a abajo.

La pecosa se encogió de hombros, mordiéndose el labio inferior y caminó hasta la habitación, no sin antes musitar un: "Hasta mañana, Shelby."

☾☾☾☾

A la mañana siguiente, Victoria se encontraba en casa de Polly, ya que le había prometido que le ayudaría a buscar la ropa vieja de John.

—Es increíble. La ropa vieja de John, me vale.— dijo Michael, entrando a la sala con un traje en tonalidad gris.

—A John no le quedaba así de bien.— comentó Vic, dándole una calada a su cigarro.

—Eres igualito a tu padre.— habló Polly, mientras preparaba unos bocadillos.

Michael se acercó a ellas y se sentó en una de las sillas, para observar lo que su madre preparaba.

—Son de pasta de gambas y jamón.— explicó, con una sonrisa, Polly.

La pelinegra sonrió, al notar el gran entusiasmo que tenía su amiga.

—¿Cómo era mi padre?— cuestionó Michael, provocando que Vicki mirase a Polly. —¿Cómo murió?

—Borracho... Aplastado entre una barca y una esclusa.— habló. —Pero sabía cantar y tocar el piano...

Polly comenzó a envolver los sándwiches en un trapo y los metió en una bolsa, junto a un termo.

—Tú tienes sus mismos ojos.— le dijo, con una sonrisa. —El problema fue que tuvo malas compañías de joven.

Antes de que pudiesen añadir algo, la bocina de un coche comenzó a sonar. Victoria apagó el cigarrillo en el cenicero y rodó los ojos.

—Dios. Mira que les he dicho que no toquen la dichosa bocina...— se levantó de la silla y se dirigió a la ventana, mientras Polly y Michael la observaban. —¡Estáis en un vecindario decente, hijos de puta!

Salieron de la casa, no sin antes despedirse de Polly, y subieron al vehículo.

—Como no.— musitó Vicki, al darse cuenta que el conductor era John.

Unas horas después, John paró en medio del campo y Tom bajó.

—Se está calentando, Curly. Mira a ver.— le dijo.

—Sí, sí.— repitió el hombre, bajándose del vehículo.

—Yo voy a echar una meada.— contestó Charli, bajando junto a Finn y John.

—No mires, Vicki.— bromeó John.

—Tranquilos. El microscopio lo dejé en casa, John.— comentó ella, provocando que Arthur soltase una carcajada.

—Eso te pasa por hablar, hermanito.— comentó, aún riéndose.

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•No sé vosotrxs, pero yo a Victoria le rezo😩