Capítulo 52

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—Qué haya hecho algo mal no te da el derecho a pegarla.— Ada se levantó de su lugar. —Corrijo. Que haya hecho algo que no te guste no te da el derecho a pegarla.

—¿Qué no me guste?— Dejó de mirar a la pecosa para mirar a su hermana. —Tú mejor que nadie deberías saber lo que está en juego. Así que haz el favor de mantener la puta boca cerrada.

Ambos se quedaron mirando y el ojiazul tenía la intención de volver a hablar, pero fue interrumpido.

—¡Ya basta! — Polly intervino, ya harta de la situación. —Aquí nada justifica nada.

—¿Perdona?— Vicki la miró inmediatamente. —Es broma, ¿no?

—No, Vicki.— Le hizo un leve gesto con la mano, que solo ella divisó, para que saliera del salón.

Vaciló durante unos instantes, pero finalmente habló.

—En fin... Será mejor que me vaya, porque seguramente acabaremos mal.

La pecosa se dispuso a caminar hasta la puerta del salón, sin mirar a ninguno de los presentes. Aunque algunos de ellos, en concreto John y Finn, la miraban con el ceño fruncido. Unos segundos después, Polly salió tras ella.

—No está mal lo que has hecho.— La miró. —Pero tienes que dejar de ser tan impulsiva. ¿O no te das cuenta de todo lo que va a suponer esto?

La pelinegra asintió con la cabeza. Aunque, en realidad, no se había parado a pensar en las consecuencias. Había actuado por instinto, como hacía la mayoría de veces.

—Es mejor que subas a tu cuarto.— Señaló las escaleras. —Y ten mucho cuidado, no sabemos lo que viene ahora. Has empezado algo de lo que no tienes ni idea.

Quería preguntarle a qué se estaba refiriendo. ¿Qué quería decir con "Has empezado algo de lo que no tienes ni idea"?
En cambio, lo único que hizo fue mirarla por última vez y luego miró hacia el interior del salón; desde donde el pecoso la miraba, y se dispuso a subir las escaleras.
Al llegar a su habitación, tenía intención de cerrar la puerta a sus espaldas, pero algo se lo impidió, por lo que giró sobre sí misma.

—¿Qué se...?— Levantó levemente la mirada. —¿Qué pasa?

—¿Estás bien?— Finn se veía realmente preocupado.

—¿No sabéis preguntarme otra cosa? Todo el día preguntando: ¿Estás bien?, ¿Vicki cómo te encuentras?, ¿Estás mejor?— Comenzaba a decir. —Me parece irónico que hagáis esas preguntas. ¿No os dais cuenta lo estúpidos que sonáis? ¿No lo has pensado, Finn?

—Vicki, sé perfectamente lo que estás intentando hacer.— Se acercó a ella, e intentó extender el brazo para tocarla, pero ella se apartó rápidamente. —Vic...

—¿Y qué se supone que estoy intentando hacer exactamente, Finn?

—Estás intentando alejarme.

—Oh, estoy intentando alejarte...— rio amargamente, a la vez que caminaba por la habitación.

—No aceptas ayuda de nadie.

—Y qué ayuda voy a pediros, ¿eh?— Frunció el ceño, aunque seguía con la misma expresión dibujada en su cara. —¿Qué puta ayuda me habéis ofrecido? Porque que yo sepa, lo único que estáis haciendo para encontrar a mi hermana es estar encerrados en esta puta casa de mierda.— Lo apuntó con el dedo, viendo como los ojos del pecoso se cristalizaban levemente. —Y no me mires así, porque sabes que tengo razón. No estáis haciendo una mierda, así que por eso no pienso pediros ayuda.

—Claro, porque eres demasiado orgullosa.— Ambos se encontraban bastante cerca. —Tommy está doblando la seguridad y la están buscando por todos lados. Es un detalle...— En ese momento se dio cuenta de que no había escogido la palabra correcta.

𝐖𝐈𝐄 (1) | Finn ShelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora