Advertencia: el inicio de este capítulo contiene una escena donde se habla del maltrato intrafamiliar donde las victimas reaccionan de una manera no recomendada, por lo que, si eres sensibles a estos temas, te pido que leas bajo tu propia responsabilidad.
También recordar que, NINGUNA de estas acciones se romantiza. Debería estar en nosotros pedir ayuda y reconocer el problema al instante, pero lamentablemente no es así. Por lo que, si te encuentras en una situación parecida, por favor recuerda que hay muchos allá afuera que darían la vida por ayudarte. No estás solx.
Escuchar Unsteady, de X Ambassadors. Representa a Ezra en este cap.
El miércoles en la tarde me detengo frente a la casa de mis padres. Miro la fachada a medio construir y recorro el pequeño tramo de pasto verde hasta el porche, y de ahí a las escaleras. Cuando me encuentro frente a la puerta pienso minuciosamente en irme y nuca más volver. Porque eso sería lo más razonable, porque eso sería acatar las ordenes de mi madre, sería como dar un paso atrás y al fin dejar ir todo aquello que me ata a esta casa, todo aquello me crea pesadillas por las noches mientras las vivo por la mañana.
Debería ir y de una buena vez por todas fingir que nunca he estado aquí, que la mujer dentro de esta casa no es más que una desconocida; fingir que nunca he tenido padres, y que si aluna vez los tuve estos desaparecieron por arte de magia en algún viaje paradisiaco del cual no tengo razón. Debería... pero simplemente no puedo. No puedo cuando, sin darme cuenta, ya he abierto la puerta, y en el recibidor están todas las cosas tal y como cuando salí, como cuando mi hermano vino corriendo para sacarme del lugar en el que creí moriría.
Camino por el pasillo, busco con la mirada algún indicio de mi madre mientras el corazón me golpea el pecho con violencia, y pienso, ¿cuándo dejaré de tener miedo? ¿Cuán todo esto se volvió un campo de batalla en el cual yo debo cuidar mi espalda por miedo a que alguien más me ataque? Entro a la sala de estar, y ahí está, sentada en medio del silencio, con una taza entre sus manos y la mirada pegada en la pared.
No hablo, ella siente mi presencia. Tan solo me quedo ahí, pensado. Me quedo pensando en cuándo papá de dejó de amar a mamá, en cuándo el hombre que una vez me quiso creyó que odiándome todo sería mejor. La miro y me digo, ¿Cómo es que lograste escapar de todo aquello que a ella la consume?
—Regresaste —susurra.
Me acerco un poco más.
—¿Te ha hecho daño? —pregunto.
Alza la mirada, ojos oscuros que han perdido su color, piel clara bañada en moretones. Me pregunto, ¿cuándo todo esto acabará? ¿Cuándo vas a pedir ayuda, mamá?
—Estoy bien —contesta.
Niego.
—Mírate —le digo. Señalo su rostro golpeado, su labio partido y la sangre que parece nunca desprenderse de su ropa— ¿acaso no te miras, mamá? Es un jodido miércoles por la tarde, y a él le importó una mierda.
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Una última Canción ✅
Teen FictionPara August, su trabajo en Gypsy Bar, se define en borrachos malhumorados y bebidas baratas. A pesar de ello, no piensa renunciar cuando, cada noche, tras cerrarse las puertas, se sube al escenario para encontrar su momento de paz, donde tanto el so...