Para August, su trabajo en Gypsy Bar, se define en borrachos malhumorados y bebidas baratas. A pesar de ello, no piensa renunciar cuando, cada noche, tras cerrarse las puertas, se sube al escenario para encontrar su momento de paz, donde tanto el so...
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Creo muy firmemente en que estamos hechos de recuerdos, sucesos, errores y momentos en los que las demás personas nos forman. Creo muy firmemente en que todo lo que recibimos, damos y merecemos no es solo de nosotros, sino que también de las de más personas que nos ayudaron a seguir. Por ello creo que esperé a Ezra, por ello creo que nunca desistí. Porque de haberme rendido, de haberlo dejado ir... una gran parte de todos los momentos, sucesos y sentimientos que conformaban mi vida se hubiesen ido junto a él.
Porque de haberlo dejado ir, habría abierto una gran brecha en mi vida donde todos los días me recordaría lo débil, cobarde y desesperado que hubiese sido de fingir que el amor, que ya explotaba dentro de mí, no era más que un sentimiento cualquier con el que suponía podía vivir.
Creo que estamos hechos de todo aquello en lo que participan los demás porque, ¿de qué otra manera podría explicar cómo llegué hasta aquí? Hasta la habitación llena de luces, las personas a mi alrededor, las voces distorsionadas, las manos que se detienen en mis hombros para lograrme felicitar. ¿De qué otra manera hubiese avanzado, trazado o creado ese camino lleno de valentía por sobre cual ahora estoy caminando? Miro el rostro que se refleja en el gran espejo, y es el mío.
El rostro de un chico que no logro reconocer, porque aún lo estoy conociendo.
Cierro los ojos, inclina mi cabeza hacia atrás, hacia el descansillo. Me mantengo de esa manera para que todos los sonidos a mi alrededor se impregnen en mi consciencia: escucho a Carl discutiendo con Mike, escucho a Carl reír por lo bajo como si toda la discusión fuese lo mejor que pudiese presenciar. Luego lo escucho a él, a su voz áspera, a la manera tan intensa con la que ríe o el cómo pisa al caminar.
Y mi corazón se acelera de solo pensar en que está aquí, muy cerca de mí. De que ya ha pasado un año desde que todo lo malo sucedió, y todo, aunque ha sido un poco difícil, sigue manteniéndonos unidos como quien toma refugio y nunca sale de ahí por miedo a lo que pueda pasar. Me he refugiado en ti, Ezra. He encontrado un hogar y no me aterra pensar en que hemos rebasado limites, en que vamos demasiado rápido o que te puedas alejar.
He encontrado un hogar en ti, y es tan fuerte y duradero que puedo pensar en un futuro más allá de lo terrenal en el que tú me tomes de la mano, me mires al rostro y sigas recordándome la misma promesa por la cual te esperé. Y por la cual lo haría sin importar las veces en que así nos obligue la vida.
—Hey.
Ahí está, sus manos ásperas por tocar la guitarra. Me acaricia la curva del cuello, deja sus dedos presionando la parte interna de mi mandíbula y se inclina para poderme besar. Río, lo hago cuando abro los ojos y nos encontramos en una posición compleja.
—Me harás caer —me quejo.
—Es imposible que suceda algo así —replica.
Toma el borde de la silla, intenta volcarme y al ver que es imposible enarca una de sus cejas, retándome.
