Tres días antes.
– Y recuerda, a las 7:00 de la tarde es su cena y a las 8:30 como máximo debe estar acostada – hablaba Nayeon dándole indicaciones a su amiga.
– ¿Por qué tratan a Chaeyoung como si tuviera 5 años cuando ya tiene 21? – cuestionó la menor con una ceja alzada.
– Porque Chaeyoung es un tanto... Especial – comentó como si nada.
«Claro, especialmente hermosa, divina, una diosa, un bombón bien hecho, la persona quiero que use mi rostro de silla y me patee por el resto de mi vida. Sip, es demasiado especial.» simpeó Mina con una leve sonrisa en el rostro.
– ¿Ya es momento de decir que era mejor contratar a una niñera? – intervino Jihyo con los brazos cruzados – Esta tipa me da mala espina.
– ¡Pero si yo soy un pedazo de pan! – exclamó la japonesa.
– Un pedazo de pan que lleva 15 días en una alacena, rancia – masculló Park – No me gusta, amor, Mina sólo quiere corromper a nuestra hija.
– ¡Patrañas!
– Jihyo, cariño – Nayeon soltó un suspiro – Mina es la única persona de confianza que tenemos, además Chaeyoung la adora – le hablaba a su esposa mientras Mina por su espalda le hacía gestos de burla a Jihyo, quien hizo rechinar los dientes.
– ¡A mí no me da confianza! ¡Y ya deja de hacer esas caras ridículas, Myoui! – gritó y la japonesa al fin se quedó quieta – Me rehuso a deja a mi bebé a solas con esta sin vergüenza, ¿acaso se te olvida que tiene un raro enamoramiento?
– ¿Raro enamoramiento? – preguntaron Mina y Nayeon al mismo tiempo.
– ¡Le gusta Chaeyoung! ¡Zángana mal entrenada! – chilló con molestia.
– Ah, ese enamoramiento – rió la japonesa sonrojada rascando su cuello – Que me guste Chaeyoung no quiere decir que vaya a intentar hacer algo con ella, Jihyo, relaja los melones.
– ¡Myoui! – la reprendió.
– Uy, perdón – abrió los ojos en signo de impresión – No te esponjes, la vena de tu frente parece tener vida propia – se burló y Nayeon no pudo evitar soltar una risa, esto causó que su esposa la mirara indignada.
– ¡Nayeon! – reclamó Jihyo y la mayor cesó su risa, aunque aún le parecía divertida.
– A ver, calmemos las aguas – pidió tranquilamente Nayeon – Jihyo, ¿qué edad tiene nuestra hija?
– 2 años, ¿por qué? – preguntó confundida.
– Momento Mommy Kink – murmuró Mina sonriendo como una total maniática ninfomaníaca y ambas mayores la miraron.
– ¡Myoui Mina!
– Oay, ¿lo dije en voz alta? – rió nuevamente, Jihyo estaba a punto de sacarla a patadas de su casa.