El sonido de sus pasos resonaban por toda la sala de la vacía casa, Mina estaba inquieta y completamente aburrida. Podía simplemente ir a su casa un rato, pero no tenía ganas de ver a sus padres. Chaeyoung se había ido hace ya varías horas y no sabía por qué, pero la ausencia de la menor la hacía sentir extraña.
Mordió su labio con nerviosismo y vió la hora en su celular, 15:45 hrs. Tan sólo faltaban 30 minutos para que la coreana saliera del instituto, 30 minutos para verla. Parecía una loca obsesiva y aunque le había prometido seguir con el juego sexual, lo cierto es que Mina simplemente quería pasar tiempo con la menor. Sin necesidad de llegar a lo carnal, sólo quería disfrutar de su compañía.
– Vaya, sí que estoy enamorada – murmuró soltando un soplido – ¿Y si la voy a buscar? – se le ocurrió y sin pensarlo más, ya estaba marcando el número de la rubia.
– ¿Mina unnie? ¿Ocurrió algo? – escuchó la voz de la pequeña, causando una sonrisa instantánea en su rostro.
– No, no pasa nada – respondió – Estoy muy aburrida y no sé qué hacer, así que pensé en ir a recogerte al instituto – rascó su nunca – ¿Te molesta?
– ¡Por supuesto que no! – exclamó con emoción – Puedes venir, no es ninguna molestia.
– De acuerdo, entonces me cambio y voy por ti, ¿sí?
– Está bien, te espero – la mayor sonrió en grande, sintiendo las típicas mariposas en su estómago – Debo dejarte, no puedo hablar por teléfono ahora. Nos vemos luego.
– Nos vemos, Chaeng... – susurró y la llamada terminó.
La japonesa pegó un pequeño chillido y corrió escaleras arriba para vestirse, puesto que se encontraba en pijama. Fue a su maleta y comenzó a revisar, ¿cómo tenía que ir vestida? Quizás no era una ocasión completamente especial como una cita o algo así, pero Mina siempre se caracterizó por vestirse bien. Revolvió su maleta con frustración hasta que al fin encontró algo que le llamó la atención.
– Perfecto – sonrió finalmente tomando una camiseta negra junto a un jean del mismo color ajustado.
Se puso el jean junto a una vans, doblando la parte inferior de la prenda para dejar ver sus tobillos, luego se puso la camiseta y la metió dentro del pantalón, poniéndose un cinturón para mantenerla en su lugar. Se miró al espejo y sintió que algo le faltaba, fue a su maleta nuevamente y tomó una chaqueta de cuero, poniéndosela encima, quedando así con un toque rudo y a la vez elegante.
Se veía sexy, muy sexy.
– Supongo que ya estoy – sonrió mirándose al espejo.
Tomó llaves, celular, sus audífonos y luego de asegurarse de que todo estuviera en orden, salió de la casa con rumbo al instituto de su menor. Se puso los auriculares y R U Mine? de Arctic Monkeys comenzó a sonar, poniéndola en un mood bastante agradable mientras caminaba por las calles.