Treinta y Ocho

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Chaeyoung no sabía cómo reaccionar ante todo lo que había escuchado, desafortunadamente las paredes de ese hospital no eran lo suficientemente gruesas y por ende, ya se había enterado que efectivamente su novia iba a tener un hijo de otra persona,...

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Chaeyoung no sabía cómo reaccionar ante todo lo que había escuchado, desafortunadamente las paredes de ese hospital no eran lo suficientemente gruesas y por ende, ya se había enterado que efectivamente su novia iba a tener un hijo de otra persona, y no cualquier persona, sino que de su peor enemiga.

La japonesa seguía en un estado de shock dentro de la habitación mientras que Yeji le soltaba cosas que sin dudas, hacían que todos confirmaran que realmente estaba demente. Chaeyoung sentía una gran necesidad de entrar y gritarle una biblia cargada de insultos a la pelirroja, pero no iba a gastar energías en un juego que claramente había perdido.

Su celular vibraba a cada segundo, de vez en cuando lo sacaba para ver cómo todas sus amigas preguntaban qué estaba pasando, pero la coreana simplemente se limitaba a suspirar e ignorar, no quería hablar con absolutamente nadie del tema. Lo único que quería era correr a su casa y llorar hasta que sus pulmones se desintegraran.

– Yo debería irme – murmuró poniéndose de pie – De todas maneras ya sé la verdad...

La rubia estaba a punto de comenzar a caminar hacia los ascensores para marcharse de una vez por todas, pero entonces Mina salió de la habitación con una cara pálida, como si hablar con Yeji le hubiera consumido el alma. En sus manos sostenía una hoja de papel, Chaeyoung supo de inmediato que se trataba del examen de paternidad.

– ¿Mina? – la menor se acercó a su novia, quien se había básicamente desplomado sobre los asientos – ¿Estás bien?

– Lo siento, Chaengie... – susurró tendiéndole la hoja de papel – Lo siento tanto, mi amor.

Chaeyoung a pesar de saber la verdad, comenzó a leer el análisis de principio a fin. En este salían todos los porcentajes genéticos de compatibilidad entre Mina y el bebé que venía en camino, marcando en todas las casillas un valor alto, ninguno siendo excluido. Sus ojos cada vez iban picando más y una gran opresión se situó en si pecho cuando llegó al final del documento.

"CONCLUSIÓN:

Tras los análisis en donde se compara el ADN de la presunta madre biológica y la muestra de sangre sacada de la Srta. Hwang Yeji, da como resultado la maternidad de la Srta. Myoui Sharon Mina con relación al embrión de 2 semanas de gestación: NO se excluye (compatible) con base a los sistemas genéticos analizados.

Índice de Maternidad Acumulado: 387593865.
Probabilidad Acumulada: 99.999999%."

La rubia bajó la hoja de papel lentamente mientras alzaba la mirada hacia Mina quien la miraba con los ojos llenos de lágrimas, la pelinegra se notaba destrozada y sumamente arrepentida, eso logró mover algo dentro de Chaeyoung pero su decisión ya estaba tomada.

– Eres la madre... – murmuró la coreana – V-Vas a ser mamá.

Dicen que uno de los peores errores que puede ocasionar una persona, es darte razones y motivos para dudar de ti mismo, para hacerte sentirte pequeño. Parecieran intentos de reabrir un poco esa inseguridad que tanto te tomó cerrar y sanar, más que el decirte, más que el hacerte sentir y saber que eres todo, más que suficiente.

Desde que Yeji y Mina eran pareja, Chaeyoung luchó por alejar los sentimientos que sentía y que día a día se iban acrecentando en su corazón. El beso que ambas compartieron en su cumpleaños, los momentos felices, su primera vez, ese juego poco inocente, todo... Todo le estaba doliendo, todo parecía no haber valido la pena.

Pero a pesar de todo, Chaeyoung no podía culpar a Mina.

– Ella ganó – dijo la menor después de unos segundos – Finalmente, ella se quedó con el premio.

– ¿Premio?

– Yeji se afanó en hacer de ti un trofeo y yo, por idiota, entré en su juego, luché en contra de ella para no perderte y a las finales no sirvió de nada porque ella te va a dar algo que yo no puedo darte.

– Chaeng, no quiero que esto acabe – la voz de Mina sonaba desesperada – No quiero que esto sea motivo suficiente para hacer que lo nuestro se rompa, el único premio aquí eres tú y no quiero perderlo.

– Tu hijo te necesita, Mina – respondió Chaeyoung, con la mirada perdida, tratando de no quebrarse frente a Mina – Ahora ya no hay un nosotras, ya no hay un futuro, en este momento tú debes seguir por ti misma y ser alguien digna para darle lo mejor a ese bebé.

– ¡No! – se puso de pie – No me hagas esto, nosotras... Nosotras podemos intentarlo, yo me haré cargo, yo... Yo haré la vida de ese niño la más feliz, pero no puedo hacerlo si mi felicidad se va, tú eres mi felicidad.

– No, Mina... Yo no puedo estar con una persona que ya tiene su vida hecha, desde ahora has sido amarrada de por vida a Yeji, las va a unir un lazo de sangre que yo jamás podré romper – tragó el nudo de su garganta – Ahora no puedo estar contigo, no me hace bien.

– Por favor, Chaeyoung...

– Lamento ser egoísta contigo, lamento tener que romper tu corazón, pero aunque tú no hayas estado consciente, lo que pasó esa noche fue una traición al amor y confianza que yo te regalé... Y ese niño es el fruto del error que cometiste.

Y ahí fue cuando Mina vió la decepción en los ojos de la menor, cuando la miró con esa mezcla de dolor y resignación, la japonesa comprendió que el vínculo que tanto anhelaban había perdido su esencia. Y le dolió, le dolió aceptar que fue incapaz de proteger lo que más valoraba la rubia: Su confianza en ella.

– Siempre vas a tenerme, te prometo que esta ruptura no significa que yo me alejaré de ti, seguiré a tu lado apoyándote, pero no como pareja... Si no como una amiga, una amiga que te ama con cada célula de su cuerpo – sonrió tristemente.

– Desearía que ese bebé fuera tuyo...

– A veces deseamos cosas que jamás llegan a cumplirse, Minari – susurró con lástima – No quiero que te culpes por lo que pasó esa noche, la única persona que tiene la culpa es ella, pero ese bebé no tiene que pagar los errores de su madre... Tienes que encargarte de que ese niño sea mucho mejor.

– ¿Hay una chance de que en un futuro podamos volver a estar juntas? – preguntó llorando y el corazón de Chaeyoung se encogió – Al menos miénteme, dime que sí para que la esperanza me mantenga viva.

– No puedo responder a eso y no voy a mentirte – respondió con honestidad – Hay muchas cosas que pueden pasar en el futuro, el destino siempre nos tiene preparado algo inesperado y nosotras debemos afrontarlo.

– Chaeyoung...

– Gracias por el amor que me entregaste, por haber sido la primera en hacerme sentir amada – sonrió levemente – Pero ahora, es momento de que tomemos caminos separados.

– Te amo, nunca lo olvides.

– Yo también te amo, Mina – dijo como una última cosa y sin más comenzó a alejarse hacia los ascensores, dejando a una japonesa con el corazón destrozado.

¿Realmente este era el fin?

¿Realmente este era el fin?

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Creampie || MiChaeng (G!P) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora