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– Bueno, señoritas – habló Yuqi deteniéndose en la puerta de la casa de Mina – Hemos llegado a su destino.
– Muchas gracias – le siguió el juego la japonesa.
– Nada de gracias aquí, ponte en cuatro.
– ¡YUQI! – Soyeon la golpeó – ¿Me recuerdas por qué estoy contigo?
– ¿Soy linda? – alzó una ceja.
– Sí, bueno...
– Soy una chica que puede darte hijos – apuntó orgullosa.
– Eso también, pero...
– Y mi voz es jodidamente ardiente – sonrió picaramente.
– Eso es cierto – comentó Chaeyoung y todas la miraron – ¿Qué? Las cosas como son.
– ¿Cómo es que tu rostro y tu voz no combinan en absolutamente nada? – interrogó Mina – Moonbyul también tiene voz de camionero, pero ella tiene cara de que te va a asesinar.
– No lo sé, supongo que cuando me hicieron, Dios derramó cierta cantidad exagerada de testosterona en mi sangre que me hizo nacer con un pene y esta voz – se encogió de hombros.
– Mina también tiene un pene y su voz no es para nada grave – murmuró Chaeyoung con duda.
– Bueno, pueden haber dos razones – intervino Soyeon – O Yuqi es travesti o Mina se implantó una verga.
– Eso explicaría el tamaño...
– ¿La tienes grande? – todas las miradas se posaron en la entrepierna de Mina, causando que esta se sonrojara y cubriera la zona con ambas manos.
– ¿P-Por qué hablamos de e-esto? – tartamudeó avergonzada.
– Son cosas usuales, ya sabes – Yuqi hizo un ademán con su mano – Hablar de pitos, vaginas, drogas, todo muy normal.
– Definitivamente quisiera saber cuál es tu concepto de normalidad – susurró Mina girando los ojos – ¿Cómo la soportas? – miró a la pelinegra.
– Eso me he preguntado desde que Shuhua me la presentó – suspiró Soyeon – Tendría que haberme quedado con su hermano.
– ¡Oye! ¡Lucas es un patán!
– Okay, no empiecen una pelea – las calmó Chaeyoung riendo y le lanzó una mirada a su novia – ¿Entramos? Necesito aplicar hielo en tu cuerno.
– Si no especificas de cuál cuerno hablamos, esto se torna raro – habló la pelirosa entrecerrando sus ojos – Sucias.
– Hablo del cuerno en su frente – aclaró la menor rápidamente.
– Creo que su otro cuerno también necesita hielo... – masculló Soyeon mordiendo su labio.