– ¡Izquierda! ¡Derecha! ¡Arriba! – exclamaba Mina con sus ojos pegados en la pantalla del televisor – ¡Haz muerto, hijo de puta! – gritó en victoria riendo con burla.
– Unnie, necesito hablar contigo – la coreana se sentó al lado de su novia que se encontraba jugando videojuegos.
– ¿Es importante? – preguntó sin mirarla.
– Sí – apuntó – No que pasa es que...
– ¡Dispara! – interrumpió y la menor perdió la paciencia, se puso de pie y desenchufó el televisor, detestaba que Mina no le prestara atención – ¡Pero Chaeyoung! – se quejó con molestia.
– Te estoy hablando – masculló con seriedad – Te dije que es importante.
– Está bien – suspiró dejando el mando a un lado – Te escucho.
– Mamá llamó hoy – informó – Llegan en tres días.
– ¿¡Qué!? – se alarmó la pelinegra con evidente pánico en el rostro – Se supone que llegaban en una semana.
– Mi madre se puso histérica por una estupidez y terminaron peleando, así que mamá se quiere venir – explicó.
– Y bueno, teniendo a Jihyo de pareja cualquiera no aguantaría un día con ella – comentó y la menor chasqueó la lengua – ¡Pero no pueden venirse en tres días!
– ¿A qué le tienes miedo?
– ¿Realmente me lo preguntas? – frunció el ceño – Chaeyoung, te recuerdo que estamos de novias.
– ¿Y el problema?
– ¿Has pensado en cómo decírselos? – interrogó.
– No será muy complicado – se encogió de hombros – Mamá lo aprobará.
– Nayeon sí, pero Jihyo ni aunque estuviera muriéndose – objetó – No estoy lista.
– ¿No te sientes lista para decirle a mis madres sobre nuestra relación? – Chaeyoung estaba estupefacta – Tus padres se lo tomaron bien.
– A mis padres no les preocupa de mi felicidad, reaccionaron de la misma manera cuando les presenté Yeji – soltó – Ellos ni siquiera están en casa.
– Mina...
– Además mi padre no te odia como Jihyo me odia a mí.
– Mi madre no te odia, no seas idiota – masajeó su sien – Si fuera así, ni siquiera estarías sentada aquí en este momento.
– Cuando se enteré que soy tu novia no me volverás a ver el rostro...
– Ella no decide por mí – aclaró – Mina, debemos decírselo.
– ¿Es realmente necesario?
– ¡Por supuesto que sí! ¡Son mis madres!
– ¡Pero ellas siguen pensando que eres una mocosa que no vale por sí misma! – espetó dejando a la coreana en silencio – Lo siento, no quise decir eso – suspiró poniéndose de pie para abrazar a su novia quien bajó la cabeza – Tengo miedo, ¿sí? Me da pavor que ellas se enteren de nuestra relación, sobretodo Jihyo, no quiero que me alejen de ti.