Creampie || MiChaeng (G!P) [PAUSADA]

Treinta y Dos

– ¿Dónde vas tan sola?

Mina alzó la cabeza automáticamente al escuchar esa molesta voz, sus ojos se achinaron y sus labios se fruncieron en una mueca un tanto incómoda.

– Eh, al baño – dió un paso atrás, creando un espacio entre ella y Yeji.

– ¿Te acompaño? – alzó una ceja coquetamente la pelirroja.

– Puedo ir sola, gracias – sonrió falsamente y sosteniéndose de la pared, siguió su camino.

Yeji suspiró, a pesar de que a japonesa estaba totalmente alcoholizada, seguía siendo reacia a sus intentos de coqueteo. Esperaba que la tarea fuera fácil, pero al parecer Mina era complicada en todos los estados posibles.

La siguió a paso lento y discreto hasta el baño, donde Mark estaba esperando con un vaso de agua en la mano. Yeji esperó que la pelinegra entrara al baño y se acercó a su mejor amigo.

– ¿Aún estás segura de esto? – preguntó el chico por enésima vez.

– Por supuesto que sí – asintió Yeji con convicción de su bolsillo sacó una pequeña bolsita que contenía un polvo de color blanco – Mina se hace la difícil, pensé que no tendría que recurrir a esto – informó vertiendo el polvo en el vaso de agua, el cuál rápidamente se disolvió.

– Yeji – Mark tomó su mano – Piensa bien en lo que vas a hacer, un hijo es algo para toda la vida.

– Sólo es un niño – se encogió de hombros.

– No te garantiza que Mina va a volver contigo – insistió y Yeji no quiso escuchar más, quitó el vaso de las manos del chico con enojo y lo miró directamente a los ojos.

– No te metas en mis asuntos – sentenció antes de darse la vuelta y sonreír al ver que Mina ya había salido del baño.

Mark se quedó en silencio mientras miraba como su amiga se acercaba a la pelinegra a ofrecerle aquel vaso de agua que contenía una potente droga en su interior. En el fondo deseaba que Mina no aceptara, pero toda su esperanza cayó al suelo en cuanto la vio beber el agua.

Esto iba a traer problemas y unos muy graves.

– ¡La próxima vez te saco los ojos con un sacacorchos! – gritó Dahyun intentando zafarse de los brazos de Chaeyoung.

– ¡Eso sólo sucederá el día que Yuqi tenga voz de mujer! – gritó Rosé de vuelta y la peliroda aludida la miró ofendida.

– ¿Qué diablos tengo que ver yo en este pedo? – preguntó enojada, dispuesta a lanzarse en contra de la neozelandesa, pero Soyeon la agarró de la cintura – ¡Déjame darle un vergazo a ver si las neuronas se le arreglan!

– ¡Ya basta! – gritó Solar, sacando a flote su lado maternal – Chaeyoung, Soyeon, llévense a Yuqi y Dahyun a la barra – ordenó y las nombradas hicieron caso en seguida.