– Esta enana adicta al cepillo de carne no contesta – Yuqi lanzó su celular hacia la mesa – ¿Para qué mierda tienen teléfono si no lo ocupan?
– Cariño, es una situación bastante delicada, la relación de Mina y Chaeyoung pudo haber terminado o tal vez están conversando las cosas, dales espacio – comentó Soyeon, intentando tranquilizar a su novia.
– ¿Espacio? Espacio es lo que separa mi puño del rostro de ese idiota que viene caminando ahí – murmuró la china viendo como un chico alto de cuerpo musculoso se acercaba a toda velocidad.
– ¡Soyeon! Te estaba buscando, necesito hablar contigo de algo sumamente importante.
– Escucha, músculo con cara, lo que tengas que decirle a mi novia, puedes hacerlo conmigo aquí – Yuqi dijo a la defensiva, cruzándose de brazos – Pero ya te voy diciendo que si quieres pedirle una cita, es mejor que vuelvas por donde viniste.
– Yuqi, ¿podrías ser amable alguna vez en tu vida? – la coreana giró los ojos – Ignórala, Changbin, ¿qué ocurre?
– Tú eres amiga de Myoui Mina, ¿no es así?
– Oh, amigo, te sugiero que te apartes de ese camino, Mina tiene anaconda igual que tú y dudo que acepte una lucha de espadas...
– ¡Song Yuqi! – regañó la pelinegra – ¡Cierra la boca! Esto puede ser importante, idiota.
– Trátame bonito, estoy en mis días rojos – puchereó la pelirosada lanzándose dramáticamente a los brazos de su novia, quien la empujó.
– Roja te la voy a dejar si no dejas de interrumpir – amenazó Soyeon y volvió su vista a Changbin, el cual ya se mostraba un tanto incómodo – Sí, soy amiga de Mina, ¿qué pasa con ella?
– Oí una conversación, entre Mark y un chico que se llama Jackson – informó Changbin de una vez por todas – Hablaban sobre un bebé, Yeji y...
– Sí, Yeji está embarazada de Mina, puedes ir a contarle a todo el instituto si eso quieres – interrumpió nuevamente Yuqi, Soyeon estaba a punto de cortarle la verga con una navaja.
– Si no te callas, juro que te cortaré el...
– ¡Hey! Escuchen, lo que pasa es que... – el pelinegro se detuvo, poniendo una mueca de confusión – ¿El bebé es de Mina? O sea, ¿ya se hizo el examen?
– Eso es lo que no sabemos, Mina y Chaeyoung fueron al hospital a ver a Yeji para pedirle justamente los análisis de paternidad – comentó Soyeon – Espera, ¿tú sabes algo sobre eso?
– Escuchen, yo no sé si Mark estaba hablando específicamente del bebé de Yeji, pero... Escuché que los resultados del examen estaba listo y que muy probablemente sean falsos – comentó el chico y la coreana lo miró escéptica.
– Changbin, no sé de qué diablos estás hablando.
– Mark mencionó algo de exámenes falsos y que él era el verdadero padre de un bebé, también mencionaron que Mina iba a hacerse cargo y no sé qué más, realmente es todo lo que pude escuchar y decidí venir aquí porque todos sabemos que Yeji y Mark están locos y son malas personas – el chico hablaba tan rápido que ni Soyeon ni Yuqi podía entender con claridad.
– Déjame ver si entiendo – Yuqi salió al rescate – ¿Nos estás diciendo que probablemente el examen que Yeji le mostrará a Mina es falso y que el verdadero padre del bebé es en realidad Mark?
– ¡Exacto! – chilló el chico – Realmente no sé qué está sucediendo, pero todo esto es un poco extraño por la repentina desaparición de Yeji y creo que ustedes como amigas, pueden hacer algo al respecto.
– ¿Y qué podríamos hacer nosotras?
– ¡Ya sé! Podemos escabullirnos en el hospital durante la noche, ponerle veneno al suero de Yeji y hacer una transmisión en vivo de cómo muere lentamente – sugirió la china con una sonrisa macabra.
– ...O tal vez simplemente pueden llamar a Mina para contarle sobre esto y pedirle que se haga un nuevo examen de paternidad en un laboratorio diferente para así estar seguros del resultado – dijo Changbin.
– Haremos lo que dijo Changbin – aseguró Soyeon – Pero primero, creo que deberíamos encarar a Mark para sacarle más información al respecto.
– Mi idea era quince veces mejor – Yuqi cruzó sus brazos.
– Como sea, quiero pedirles que me dejen de lado en este problema, no quiero verme involucrado – el chico rascó su cuello – Mi trabajo aquí está hecho.
– Te lo agradezco mucho – sonrió la coreana tomando sus cosas – Vamos, Yuqi.
– ¿Ya está? ¿No vas a pedir nada a cambio? No confío en ti, Seo – lo apuntó con el dedo y el más grande giró los ojos.
– Yuqi, no me interesa tu novia, ni mucho menos las mujeres – suspiró cansado – Soy gay.
– Oh...
– Gracias nuevamente, Changbin – Soyeon comenzó a arrastrar a su novia que había quedado boquiabierta – ¡Nos vemos!
– Suerte, chicas.