13. ¿En serio, Luke?

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B E N

—¡Luke, te está engañando con otro chico! 

Eso fue lo último que escuché.

Después de eso, sólo veía a Luke hablar pero realmente no escuchaba lo que estaba diciendo. 

Ahora todo encajaba a la perfección.

Las excusas, las condiciones, absolutamente todo. 

Tal vez esa era la pieza faltante pero que me negaba a ver.

Tal vez siempre había sabido qué era eso pero simplemente no lo quería ver.

Pero sobre todo tal vez solamente no quería aceptar que mi mejor amigo de toda la vida me había fallado. 

Después de algunos segundos volví a la realidad, entonces lo escuché:

—Ben, por favor —dijo—. ¡Puedo explicarlo! 

En éste momento realmente quería explicaciones, quería escucharlo y creerle la primera idiotez que saliera de su boca. Pero así no soy yo, sí mi mejor amigo de toda la vida me había fallado al menos yo no lo haría. Yo no me fallaría a mi mismo. 

—Iré a tomar aire —sin más salí de ahí.

Una vez estando afuera busqué en la bolsa de mi pantalón una cajetilla de cigarros, saqué uno y sin dudarlo lo prendí para después darle una calada. 

Tenía que no fumaba. 

Pero en este jodido momento sentía que necesitaba hacerlo. 

Unos pasos se oyeron acercándose a mí enseguida voltee a ver quien era para así darme cuenta que se trataba de Oliver. 

—Nada de esto ví venir —dijo de repente. 

—¿Cuál de todo?

—Todo, realmente, todo —le dí otra calada al cigarro y él siguió—. Imaginaba lo de Luke y tú pero no lo qué dijo Liv.

—A mi también me sacó de onda pero tiene razón. 

—¿Cómo estás seguro de eso?

—Por qué ella nunca me mentiría con algo así. 

—Confías demasiado en ella. ¿No crees?

—Tú deberías confiar más en ella.

—Lo intentaré —luego de eso me quitó el cigarro para darle una calada y luego dejar escapar el humo—. ¿Qué harás ahora?

—No lo sé pero es hora de que ella vaya a casa —regresamos a verla al mismo tiempo, se encontraba parada en la entrada—. ¿Puedes llevarla por mí?

—Me encargaré de que llegué sana y salva. Puedes asegurarlo. 

—Gracias Oliver, te debo una.

—Los amigos no sé deben. ¡Recuerdaloo, hombree!

Después de eso volvimos a la casa para encontrar a Luke llorando y Liv demasiado incómoda mirando los retratos de mi familia. 

Una historia fugaz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora