B E N
—Ya tengo todo solo me falta conseguir la alberca de la escuela.
—¿Por qué no le dices a Crisstel que te ayude? —opinó Oliver—. A ella no le dirían nada gracias a que es la presidenta del comité.
—¿No crees que sea raro?
—No, no, no —se tiró en mi cama boca arriba y luego soltó un largo suspiró—. En estos momentos me siento tan solo. ¿Cómo es que lograste salir de la zona de amistad tú?
Realmente ni yo lo sabía.
—¿Te quedarás en mi cama todo el día?
—Estoy muy triste como para levantarme —dijo, abrazando mi almohada—, así que sí.
—Bueno.
𖤐༄
Tenía media hora esperando que Crisstel saliera de una reunión con los profesores y los estudiantes del consejo pero por fin había acabado.
Ella venía hacía mí con una expresión de extrañeza.
—¿Qué haces aquí? —preguntó—. Ya ni cuando andábamos quedando venías a buscarme.
Eso, eso era muy cierto.
—Bueno —pensé bien cómo decírselo—. Quiero que me ayudes a conseguir la piscina del instituto.
—¿Para qué quieres la piscina?
—Está bien te lo diré pero si en algún momento es incómodo o raro solo dime que me callé.
—Solo dilo.
—Le pediré que sea mi chica y necesito que sea ahí.
Ella solo sonrió.
—Puedes ocuparla, yo me encargaré de todo.
—¿Es en serio?
—Supongo que sí.
Enseguida la abracé y le susurre:
—Muchas, muchas, muchas gracias.
Ya solo faltaba mandar a poner encima de la piscina una pista de baile, acomodar la mesita y mandar a traer a Liv después de clases.
En fin..
Justo llegó un mensaje de ella.
[Mi estrella: ¿En donde te has metido hoy? 12:45 p.m.]
[Nos vemos después de clases en la piscina de la escuela 12:46 p.m.]
[Mi estrella: Pero hoy no tengo clases yo. 12:46 p.m.]
[Por favoor :( 12:46 p.m.]
[Mi estrella: Está biennnn si iré, tqm <3 12:47 p.m.]
𖤐༄
Faltaban minutos para que mi rubia llegará.
Ya todo estaba listo.
La pista de baile encima de la alberca y en medio de la pista una mesa con un mantel blanco y dos sillas al lado. En una de las sillas había una caja enorme con moño rojo mientras que en la pista un enorme ramo de girasoles.
Yo estaba de traje y sostenía un libro justo cuando la vi llegar.
Lucía extremadamente preciosa con esa falda corta y ese enorme suéter color negro. Con el cabello rubio mal cortado y estos converse blancos que nunca podían faltar en ella.
Simplemente era perfecta.
Mi pequeña estrella.
Corrió hacia mí apenas se dio cuenta de la situación. Una vez llegó y estuvo a centímetros de mí me abrazó fuertemente.
—¿Qué es todo ésto? —dijo tratando de no llorar.
—Ven acá —murmure, tomándola de la mano para sentarla en la única silla vacía y yo ponerme de rodillas—. ¿Te acuerdas del día que te besé por primera vez?
Ella tan solo asintió.
—Fue el mejor día de mi vida —acepté—, pero ese día te dije algo más.
Suspiró unas cuantas veces antes de hablar:
—Dijiste qué era preciosa como tú sobrina.
¿Cómo se acordaba de eso aún?
Tan solo sonreí y negué unas cuantas veces con la cabeza.
—Ese día también dije que lo único que me faltaba era mi Stella.
"—Te pareces a Will.
—Solo me falta mi Stella."
—Es cierto, ya lo recuerdo.
—Bueno, ¿Quieres ser mi Stella? —le pregunté extendiendo con una de mis manos el libro de: A dos metros de tí.
Ella tomó el libro y me abrazó.
—Claro que quiero ser tu Stella.
Sin poder aguantar más la besé.
Y esa señores y señoras fue la noche más linda del mundo.
Era novio de una preciosa estrella.
Era el Will de mi tanto añorada Stella así tuviera que dejarla ir en algún punto de esta historia.
Porque ya todo el mundo lo sabe:
Que cuando amas algo tienes que aprender a dejarlo ir.
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Una historia fugaz ©
RomanceUna Historia Fugaz: Aquí comenzó todo.. "Ella era una estrella fugaz. Él un simple mortal cansado de vivir. Por obras del destino esa estrella pasara por su camino haciéndolo desear volver a toparse. Pero, ¿Qué pasaría si esa estrella tiene dueño? D...