16. Lucky Pucky

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L I V 

Tenía días sin saber de él. 

Tenía días que no se presentaba a clases o a ningún sitio. 

Cada que le preguntaba a alguien de sus conocidos me decían que: no sabían dónde se encontraba. 

Incluso me digne a hablar con Luke y preguntarle si no sabía nada del pelinegro a lo que él me respondió que no tenía contacto con Ben desde lo ocurrido. Algo en mí no le creyó del todo pero bueno no lo culpó. 

Después de clases tenía pensado ir a buscarlo a su casa y asegurarme de que no le hubiera ocurrido nada malo. 

𖤐༄


Tenía ya un buen tiempo que habían terminado las clases y me encontraba frente a la casa de el chico que me gustaba en secreto —si, todos sabemos que es Benibú— intentaba memorizar lo que diría si me encontraba con su madre en la puerta de su entrada pero la verdad es que no sé me ocurría nada sensato así que sin pensarlo tanto decidí ir a la acción. 

Esto va a salir mal.

Toqué el timbre de esa enorme casa hasta que minutos después una chica salió abrir la puerta.

—Buenos tardes —dijo—. ¿Buscas a alguien? 

¿Qué había dicho que iba a decir? 

—S-si —murmure— a Ben.

La chica se quedó observando todos mis rasgos físicos unos cuantos segundos como si supiera de mi existencia.

—Pasa, está arriba en su habitación. 

Eso resultó ser mucho más fácil de lo que pensé. 

—Oh, gracias. —sin más me dirigí a la habitación de este chico. 

Una vez estuve a centímetros de su puerta me debatí el entrar o no. 

Pero como siempre ganó el sí.

Giré la manilla de la puerta y entré a la habitación. 

Lo primero que me tope al entrar fue a él de espaldas sentado en una alfombra demasiado costosa que adornaba su piso mientras se recargaba en un extremo de su cama. 

Alrededor de él tenía muchos libros abiertos y notas regadas por doquier sin decir que también había unos cuantos frascos de lo que parecían ser.. ¿Medicamentos? 

Escuchaba Love Yourself en un estéreo que parecía ser demasiado costoso también. 

No volteó a verme aún cuando escuchó que abrieron su puerta se mantuvo firme en la misma posición. Yo por el contrario me acerqué hasta donde estaba, tomando asiento en la cama. 

—Esa es una muy buena canción —opiné. 

—Supongo que lo es.

—¿Por qué te desapareciste tan de repente?

—Estaba cansado. 

—¿Cansado?

—Sí —respondió regresando a verme—. A veces me cansó y siento que la cabeza me va a explotar y entonces me voy para no herir a las personas que quiero.

—¿Y ahora estás mejor?

—Mucho mejor —aseguró—. De hecho, planeaba ir a verte más tarde.

Mi vista volvió a divagar a los frascos de pastillas que se encontraban regados en la alfombra haciendo que Ben lo notará también. 

Una historia fugaz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora