32. Noviembre sin tí

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B E N

—Lo siento mucho pero no puedo quedarme por más que lo intento.

Con lágrimas en los ojos la miré marcharse entre la multitud tal y como llegó a mi vida opacado a todo lo demás. 

Después de eso todo fue muy borroso…

Recuerdo a Oliver sosteniéndome junto a Crisstel.

Luke decir algo acerca de llevarme al hospital..

Y luego nada.

Oscuridad y mucha más oscuridad.

Hasta después de tanto despertar en un hospital. 

—Yo lo siento mucho.. —Recuerdo murmurar a Oliver—. Sí tan solo hubiera llegado antes a tu vida.

Reír y con las pocas fuerzas que tenía decirle lo siguiente:

—No me he muerto aún.

—¡Eres un idiota! 

Noviembre.

Ya era noviembre y Oliver todavía venía cada noche a checar que tomara mis pastillas.

Noviembre y realmente Reik no se había equivocado estaba sin ella.

Noviembre y aún no sabía que haría con mi vida.

Noviembre y seguía haciéndome creer que lo mejor había sido alejarme de ella, de mi estrella.

¿Algún día ella me volvería a ver sin miedo?

—¿Otra vez pensando en ella? —me preguntó el castaño viniendo hacia mí con un vaso de agua y mis pastillas en mano.

—¿Sigue siendo tan obvio? 

—Cómo la primera vez que los vi juntos.

—Crisstel me dijo que también lo notó cuando me vio por primera vez con ella… ¿Será que siempre fue tan obvio?

—Siempre lo fue, hermano.

Oliver tenía días durmiendo aquí.

Él decía que no confiaba en mí para tomar los medicamentos y no lo culpaba.. desde que Liv había llegado a mi vida sentía que no los necesitaba. Me sentía bien sin tomarlos. 

Me sentía feliz.

Y no las tomaba, je.

—¿Benjamín? —habló mi padre desde afuera de mi habitación. 

Suspiré cansado.

Odiaba tanto cuando venía hacía mí porque sólo podía imaginar que me pediría hacer algo mucho peor que lo anterior.

Salí de mi habitación para que no entrará y no se encontrará con Oliver durmiendo ahí dentro.

Después de todo él no soportaba ver a un Marchand.

—¿Qué quieres, Mathews?

—¿Cómo has estado? —preguntó— ¿Todavía tienes pastillas?

—¿Quieres la verdad?

—Me gustaría. 

—Reprobaré el semestre y estoy a punto de tirarme de un barranco si no fuera porque Luke y Oliver lo evitan.

—Y todo por esa chica rubia.. 

—No te equivoques, tú y yo sabemos que esto no es por ella.

—Benjamín, mi pequeño Benjamín.. —dijo tomándome del hombro—. Papá te compensará hoy todo lo malo que te ha hecho, te lo prometo. 

Estaba a punto de gritarle a mi madre que lo sacara de mi vista cuando me detuvieron sus palabras:

—Sí quieres a esa chica a tú lado la tendrás.

¿Qué?

—¿Qué dices, Mathews?

—Papá se encargará de que sea tuya sólo tuya.

—No, no y no.. ¿Qué ocurre contigo ahora? —cuestione molesto—. Yo jamás la condenaría a esta mierda.

—Piénsalo tan solo piensalo recuerda que después de todo eres mi hijo y que papá haría todo por ver feliz a su pequeño heredero.

¿Qué diablos ocurría con él hoy?

—En lo que lo consideras arreglaré lo de tú escuela —me miró fijamente—. Tú madre está muy orgullosa porque ella pensó que serías gay —luego de eso se soltó a reír burlón.

—No le veo lo malo a que fuera gay.

Ignoró mis anteriores palabras y continuo:

—También dijo que podías tomarte el tiempo que quisieras para superar esto.. 

—Estoy apunto de perder el curso.

—De igual manera pagaré para que te pasen ya que sería una muy mala reputación para el apellido.

—Solo déjame irme.

—Ya sabes el trato de esta familia no te vas sin poner el apellido en alto o nada.

—Me lo debes, Mathews. 

—Y ya te ofrecí como pagartelo —aseguró—. Si no logras poner el apellido en alto al menos tendrás en tu jaula de oro a una nena linda a tú lado. 

Al parecer Alexander tenía razón, no podría irme de aquí sin lograr nada que no lo beneficiara a él y a su jodido apellido.

𖤐༄

—¿Sí no irás al instituto todo este tiempo qué harás con tu vida? 

Con mi vida no estaba muy seguro.

Pero con mi tiempo si.

—Voy a escribir.

—¡No me jodas, Ben!

—No sé cómo decir las cosas que siento.. 

—¿Pero si puedes escribirlas?

—Exacto. 

—¿Te jodió tanto?

Demasiado.

—Empiezo a sentirme mejor.

—¡Así se habla mi amargado favorito!

Sonreí forzadamente y él continuó..

—Hay más culos que estrellas. ¿Sabes?

Era cierto. 

Habían más culos que estrellas pero.. ¿Quién en su jodido mundo iba a querer uno culo cuando ya había tenido en sus manos a una preciosa estrella?

—No lo sé.. yo sigo prefiriendo a mi estrella fugaz.

Ese día comencé a escribir el libro que hoy lees.. 

Y ese día también comencé a fingir que la había superado para el bien de otros y de mí pobre corazón. 

¿Te doy un spoiler?

La mayor parte de mi vida se basó en fingir.

Y la otra parte en tratar.

Una historia fugaz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora