Una historia fugaz ©

15. Mi estrella

L I V

No tenía ni idea de a dónde íbamos pero iba juntó a él así que eso significaba que era bueno. 

—¿Adónde vamos?

—Rumbo a no sé dónde. 

Solo sonreí hacía su respuesta y lo miré fijamente así haciéndolo detenerse y voltear a mirarme también. 

—¿Qué pasa?

—Nada —dije para segundos después preguntar—. ¿Por qué no confías del todo en Oliver?

—Claro que confío.

—¿Entonces porque marcaste esa línea de me importa una mierda hace un rato?

—¿Qué línea? 

—Esa de no responder y fingir que te molesta la existencia de todos.

—No me molesta la tuya.

—Eres imposible —dije dándome por vencida. 

Caminamos por un rato más en completo silencio hasta que se animó a hablar de nuevo:

—Sí confío en él, de hecho confío más de lo que crees —hizo una pequeña pausa considerando en decir o no lo siguiente: — Confío tanto en él que le conté mi estúpido y aniñado plan para verte hoy. 

¿Qué?

—¿Qué plan, Benjamín?

—Espera, deja meterme más en mi papel. 

Le di una mirada de: Dime o me enojare contigo.

Suspiró con cansancio para luego empezar a hablar:

—Yo y Oliver provocamos que a Daimon le diera gripe para que así vinieras a la farmacia y pudiera verte.

Lo había dicho de una manera tan casual que ni siquiera te hacía pensar que pudieron haber matado a Daimon. 

—¿Y lo de la botarga?

—Pague para que me dejaran usarla —dijo no tan convencido—. Esa parte fue idea de Oliver.

—¿Cómo demonios hicieron para provocar que a Daimon le diera gripe?

—Bueno el Dupont es muy delicado así que fue más fácil de lo que crees. 

—Una última pregunta. 

—Te escucho.

—¿Cómo supieron que me pediría a mi venir a comprarlas?

—Oliver se encargó de que así pasará. 

Tenía más preguntas pero las ignoré para salir corriendo detrás de él mientras le reclamaba por intentar matar a mi novio.

—¡Pudo haber muerto!

—Pero no lo hizo, dramática. 

—¡Esperaa! —ríe—. ¡Dejaa que te alcance, estás muy lejos! ¡¡Yy me falta condición física!! —Cuando logré llegar a dónde estaba le solté un manotazo en forma de juego y él volvió a correr.