31. Hasta la próxima

24 4 18
                                    

L I V

Ya era octubre y aún no podía sacar de mi cabeza a Benjamín. 

Se que debía hacerlo pero por más que intentaba no podía. Él me aterraba pero al mismo tiempo seguía tan enamorada de ese tipo..

Hace unos días había venido Oliver a abogar por el pelinegro, él había dicho que todo lo del asesinato había sido un mal entendió pero que él no era quien debía explicármelo.

Aún recuerdo sus palabras muy claras. 

"—No vine a explicarte las cosas vine a decirte que él en serio te ama y te amará siempre de eso estoy seguro, niña."

Seguía confundida y nadie me daba respuestas pero el hecho de que Oliver hubiera venido aquí a abogar por Ben me había hecho calmarme un poco y poder creer que tal vez no era el asesino que Luke me había pintado esa vez.

En serio quería correr hacia sus brazos pero algo en mí aún le tenía miedo.

Demasiado miedo.

Y otra parte en mí me decía que jamás sería lo mismo por más que tratáramos.

¿Por qué tuvo que decirlo?

Siendo tan ingenua yo jamás me hubiera enterado y jamás le hubiera hecho caso a lo que Luke dijera.

Solté un largo suspiró dejándome caer en mi cama.

Esto en serio era tan difícil —tanto que tuve que empezar a ir a terapia aunque no ayudaba ni un poco ya que me negaba a sacar lo de Ben— y como si las cosas no pudieran empeorar ya iba tarde para las clases.

𖤐༄

Después de lo ocurrido Ben no se había presentado al instituto hasta el día de hoy que iba juntó a Luke y Oliver con la misma expresión de indiferencia que cuando lo conocí. 

Por un pequeño momento nuestras miradas se encontraron y la de él gritaba tantas cosas pero en especial sufrimiento. 

¿Qué le pasaba?

En serio lucía mal.

Tenía de vuelta esas grandes ojeras como cuando lo conocí y ese cabello tan desordenado como si nunca se le hubiera pasado por la cabeza peinarse o salir de su casa hoy tampoco. 

En simples palabras parecía que lo habían obligado a venir.

—¡Ratatuelaaa! —gritó Oliver mientras venía hacía mí así sacándome de mis pensamientos. 

—¿Qué pasa?

—Es tú momento si quieres arreglar las cosas con él.

—¿Qué? No, no, no, no estoy lista.

—Mira —dijo—, sé que es complicado pero al menos deberías darle una oportunidad de que te pueda explicar todo.

Suspiré y él siguió:

—Él me preocupa en serio..

—¿Por qué lo ayudas después de lo que les hizo a tu familia?

—Porque él lobo siempre será el malo si solo escuchas la versión de caperucita.

—Lo siento, Oliver —murmure— pero en serio no puedo.

Lo quería.

En serio lo quería.

Pero no podía acercarme a él sin que me aterrara y empezaba a temblar de miedo. Y alparecer a él le hacía más mal verme temer que no tenerme.

—Sí cambias de opinión le tocó el mismo taller que a tí y hoy le toca limpiar en la hora de salida así que bueno.. tú sabes.

Una historia fugaz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora