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Capítulo 4: Instituto Hitsuka parte 1: La quinta miembro

Era apenas las siete y veintidós de la mañana cuando Murama abrió los ojos para levantarse. Su pieza estaba apenas ordenada con libros y cuadernos regados en su escritorio e impresora, ropa tirada en la esquina, unos cuadros colgaban sobre su cama y las cortinas por poco dejaban entrar la luz solar.
—Deberé recoger la ropa y dejarla en el canasto—dijo mientras se restregaba los ojos— o a menos dejarla en la lavadora.

Se levantó de la cama; buscó sus pantuflas, las cuales habían caído al fondo de la cama,  y procedió a salir de su cuarto. El pasillo no era tan largo, ya que como vivía en un segundo piso, este recaía directamente en las escaleras. Del lado izquierdo de su pieza se encontraba la pieza de Kiske, su hermano; casi nunca estaba abierta la puerta, quizás él seguía durmiendo.

Murama bajo las escaleras y procedió a hacerse desayuno, tenía que estar en la universidad en menos de cuarenta y dos minutos, según había acordado con Soikawa. Abrió el refrigerador, sacó una caja de leche, cuando la cerró siento una presencia a su lado.
—Buenos días Aki.
—No me gusta que me digan así—dijo Murama enojada.

Era su hermano, quien con una polera bastante arrugada, le daba la bienvenida.
—¿Que sucede hermanita?—pregunto Kiske, mientras buscaba un poco de pan blanco en la alacena.
—Nada— dijo Murama mientras igual se acercaba a buscar cereal en la alacena—Debes estar muy ocupado siendo la cara de la familia.
—No es eso—respondió Kiske—Es sólo que por fin tengo reconocimiento, pequeña egocéntrica.
—Intento tomar desayuno en paz—dijo Murama mientras tomaba el cereal a cucharadas— por mientras no quiero ver tu cara.

Murama alistó sus cosas, dejó la copia de la llave a su hermano y fue a tomar locomoción. El clima era soleado, los árboles daban un poco de sombro y las aves sonaban con fuerza. Ningún bus o colectivo cruzaba, a lo que Murama optó tomar en una parada más abajo caminando más de dos cuadras en el proceso. Finalmente tras un par de minutos, apareció un bus pequeño. Se sentó de los primeros de cara a la ventana. Observaba como la gente pasaba, veía a la gente en el bus: señoras con niños en brazos, gente que vivía cerca, viejos que bajaban al centro de la ciudad por alguna diligencia, etc.

Finalmente cuando el bus alcanzó la altura de la universidad, Murama pidió bajarse, el señor no la había escuchado y se detuvo una calle más abajo haciendo que Murama corriese hasta llegar a la entrada; donde Ahashi, Sakurawa, Toriko, Nagata y Soikawa la esperaban.

—¡Murama!— dijo Soikawa.
—Aki— dijo Ahashi.
—Maestra— dijo Toriko.
—¿Así que pudiste llegar?—dijo Sakurawa ofreciéndole algo de beber.
Nagata no dijo nada.

—No me digas Aki, Ahashi—dijo Murama enojada—¿Que hace Nagata aquí?
—Matsuo dijo que viniera—respondió Nagata un poco enojada—No eres la dueña del equipo.
—Atrévete a decirlo más fuerte—respondió Murama enojada.
—No te tengo miedo—respondió Nagata.

—¡SE ME CALMAN LAS DOS!—dijo Soikawa, dándoles un golpe en la cabeza que las aturdió por un poco.

Paso el rato y Matsuo llegó acompañado de una joven morena de pelo blanco. Todas quedaron impresionadas.
—Vaya Matsuo, sabia que tenias esas inclinaciones—dijo Ahashi en un tono burlón—pero no pensé que sería pronto que las viera.
—¿De que mierda hablas Ahashi, esto no tiene nada que ver?—respondio Matsuo enojado.

—No pensé en volverte a ver de nuevo—dijo Murama con un tono serio—Saichi Asakura.
La joven sólo se limitó a sonreír.

—Vaya, no pensé en volver a ver al equipo de Hinawa después de lo del partido con Asakusa—dijo Saichi con un tono alegre.
—¿Quien es ella?— dijo Nagata mientras observaba a Sakurawa.
—Ella era nuestro antiguo líbero—dijo Sakurawa— se le conocía como el Quinto Miembro de Hinawa. Tenía una habilidad innata para jugar, pero sucedió algo y abandonó el equipo.
—Simplemente no soportaba el ego de mi querida Aki—dijo Murama.
—¿Porque la trajiste Matsuo?—preguntó Murama con un tono enojado.
—Escuchen todas, incluidas las contendientes Nagata y Hanamichi—exclamó Matsuo—Para poder jugar se necesita un líbero, así que contacté con la única persona que conozco que es Saichi. Se que es extraño, pero es algo que debo hacer como su entrenador. Además tengo una noticia para Nagata que podría alegrarla. Iremos al Instituto de Hitsuka para poder poner en práctica las tácticas defensivas.

SatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora