Satsuki

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Capítulo 6: El objetivo de Matsuo

Faltan cerca de 12 días para el encuentro entre el Instituto Hitsuka y la Universidad de Hinawa. Con el entrenamiento hecho por el padre de Matsuo, Katsuhiro Takara, pudieron afinar un par de detalles.

Murama había llegado de las primeras, por lo cual, decidió ir al baño y lavarse un poco la cara, el entrenamiento le provocó cansancio que solamente llegó a casa a descansar. Mientras se secaba oyó la puerta del gimnasio abrirse. Era Ahashi, quien dejó sus cosas y corrió a la bodega a sacar un par de balones para practicar. Cuando Murama salió, Ahashi le pasó un balón lanzándolo a sus manos. El balón se sentía áspero, aún con los veintitantos grados que hacían afuera.

—¿Hace bastante calor afuera no?—preguntó Murama intentando abrir una conversación.
—Si—respondió Ahashi tácitamente—Aunque según ese "viejo" del clima no es probable que alcancemos la máxima.
Ahashi, le pidió a Murama que se sacara la chaqueta de práctica. Bajo de esta, sólo tenía una camisa blanca bastante arrugada, quizás una de los canastos de ropa.

—Aki...¿puedo preguntarte algo?—preguntó Ahashi curioseada.
—¡Te dije que no me llamases Aki!—dijo Murama enojada—Esta bien, puedes preguntar lo que sea.
—¿Cual es tu objetivo o al menos el propósito por el que juegas?

Murama se quedó en blanco.—Por ejemplo...—dijo Ahashi—el de Nagata es acercarse a tu hermano, el de Sakurawa es el aburrimiento, el de Toriko es que seas su maestra, el de Shigeo es superar a Kiske ¿Pero...y el tuyo?

—No quiero hablar ahora de eso—dijo Murama— es algo complejo—Solamente quiero sobrepasar a Kiske
—¿Porqué?—replicó Ahashi.
—No lo sé—dijo Murama enojada. Su voz se sentía en eco dentro de ella. Ahashi solo se puso a practicar con el balón hasta que la puerta nuevamente se abrió era Nagata y Soikawa quienes sé posicionaron en la banca a descansar.

—Pensé que solo ibas a observar—dijo Murama—Creo que Soikawa te convenció. Nagata solo atinó a esbozar una mirada. Aún tenía un poco de resentimiento con Murama.
—¿Donde diablos está Matsuo?—preguntó Murama mientras se abrochaba la chaqueta. Solamente falta Sakurawa y él, siendo que ambos siempre llegaban de segundo.

Sakurawa recién se estaba levantando, había tenido un cansancio enorme. Las sábanas de su pieza apenas se quedaban en su sitio. En su pared colgaban cuadros de cervezas viejas, un par de cuadernos y un pan a medio comer.
—Sakurawa ¿estás despierta?—gritó una voz masculina mientras abría su puerta.
—No papá, recién estoy despertando—dijo Sakurawa apenas con un bostezo inentendible. Sacó sus pantuflas y se dispuso a cambiarse ropa.
Sakurawa, con una ropa bastante simple, agarró sus cosas y salió de su casa por el portón del viejo taller mecánico de su padre. Quizás uno de los más concurridos por los locales de la ciudad. Mientras pasaba pensaba en la tardancia, casi es atropellada por un bus llegando a la esquina más cercana, siendo tomada de su chaqueta por alguien.
—Fíjate donde caminas. Era Matsuo.

Después de ese incidente, ambos se fueron caminando, mientras Matsuo tenía una mirada perdida hacia otro lado, observando quizás las aves buscando algún tema de conversación.—Llegaste tarde igual que yo—dijo Matsuo con unas sonrisa  tratando de aligerar el ambiente.
—Lo sé, el entrenamiento de tu padre fue cansador. Pude dormir recién cercano a la una de la mañana—Respondió Sakurawa con un poco de enojo—¿y tú porque llegaste tarde?
—Estuve planificando un par de cosas, después de que escojamos quien queda en el equipo tendré que acomodar todo—dijo Matsuo—Si queremos vencer a Hitsuka en las Clasificatorias debe...

El ambiente se tensó demasiado. Sakurawa solo se limitó a sonreír observando fijamente a Matsuo.—Matsuo, ¿podrías acompañarme a buscar algo al camarín de damas por favor?—dijo con un tono tétrico.
—No uses ese tono, la última vez salí lastimado—dijo Matsuo quien intentó correr siendo atrapado por Sakurawa desde la chaqueta arrastrado hasta el gimnasio.

En el tanto en el gimnasio, casi todo el equipo estaba allí. Saichi se disponía a practicar recepción con dos balones en sus manos, pero su equilibrio era bastante pésimo; Ahashi se disponía a practicar saque con Nagata, ya que Sakurawa aún no llegaba. De la nada aparecieron Sakurawa y Matsuo, el cual apenas pudo saludar mientras era arrastrado al camarín de mujeres.

—Puedes explicarme—dijo Sakurawa con un tono enojado—¿Porque nos dijiste que era un puto amistoso y no una clasificación al Interuniversitario?
—Simplemente tenía un plan—respondió Matsuo—se que es irresponsable de mi parte.
—Es demasiado irresponsable de tu parte Matsuo—respondió Sakurawa—Hemos entrenado casi un mes, quizás estamos listas, pero ni Nagata y Toriko, están listas. No pueden improvisar pensando que es un simple juego y no una competición seria.
Matsuo no sabía que contestar, Sakurawa aún estaba enojada pero no podía llamar la atención pensando que las demás estaban escuchando detrás de la puerta.
—Nunca te dije porque soy el entrenador de este equipo ¿verdad?—dijo Matsuo observando el techo mientras hacía gestos con su mano.
—De verdad no—dijo Sakurawa observando a Matsuo.
—Quería superar a mi viejo—dijo Matsuo—mi padre es un entrenador excepcional,  tanto sus tácticas y eso,  por lo cual decidí intentar experimentar y alcanzarlo de alguna forma. Por eso dije eso del Amistoso, quiero ver como juegan sin presión, de forma natural.
—Sabes que es una pésima idea, es como poner a un inexperto en un trabajo complejo.
—Lo sé, es algo arriesgado y tonto. Pero necesito que lo guardes en secreto, si lo llegarán a descubrir todo se iría a la mierda, trataré de que no te veas involucrada.
—Me niego—dijo Sakurawa—pero lo mantendré en secreto con una condición.

Los chicos salieron de los camarines y vieron a todas reunidas alrededor de la puerta. Murama preguntaba que hacían adentro, ambos daban excusas tontas e incluso vagas.
—Bueno chicas, estuve pensando esto por la idea de incluir al último miembro restante para jugar con Hitsuka, así que Nagata y Hanamichi, coman, descansen y prepárense mentalmente. El miércoles vamos a escoger quien queda a jugar con nosotros.

—¿Bueno, entonces quieren almorzar algo?—preguntó Matsuo—tengo $1.500 en mi bolsillo. Entre todas empezaron a sacar dinero para tener el suficiente para almorzar en el comedor. Murama solo tenía una moneda de $10; Ahashi solo $300; Nagata tenía unos $1.000 en monedas de $500; Sakurawa tenía $2.000, teniendo más dinero que el resto y Toriko y Saichi no tenían dinero.

Al final solo pudieron comprar unos queques pequeños y jugos en lata entre todos. Matsuo pensó en lo que le dijo Sakurawa e incluso luego de llegar a su casa. Al abrir la puerta lo recibió su madre, quien había preparado una once bastante pequeña. Al llegar a su cuarto compartido con su hermana solo se reclinó en la silla y se quedó dormido. El día miércoles sería agitado.