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Nota del autor
"Esto es parecido a un capítulo especial, es decir, son una especie de cortos que pueden o no ser canónicos con la historia. Disfrútenlos."

Sakurawa y las palomas.
Sakurawa se había levantado tarde, el sol le brilla fuertemente la cara dentro de su pieza. Decidió levantarse para tomar desayuno. Llegó a la cocina y abrió el refrigerador comiendo un simple yogurt con cereal. En eso su papá la había llamado para que viene se a ayudarlo en su taller. Se acercó a abrir la puerta que dirigía el taller cuando observó una pequeña paloma parada a la entrada del taller , lo cual hizo que cerrase rápidamente y asustada la puerta.—Paloma de mierda—dijo Sakurawa asustada—Les tengo miedo y esa cosa esta dentro de la casa. No podré ir a ayudar a mi papá estando eso ahí.
En eso pensó que sería buena idea avisarle a alguna de sus amigas que la ayudasen.
—Podría ser Ahashi—dijo casi pensando—pero tomaría a esa paloma y me corretearía con ella para asustarme.
—O mejor Murama—dijo nuevamente—aunque creo que lo único que haría sea intentar rodearla por que le da asco.
—Nagata sería mejor—dijo finalmente—pero le parecería bonita y no dejaría que la echara.

Sakurawa pensó un poco y decidió confrontar a su medio que la observaba desde el taller. Agarró una escoba de la cocina y lentamente abrió la puerta para asustarla. Camino un poco hasta estar en una distancia segura. Agarró la escoba y cuando iba a darle un golpe escuchó a su padre detrás de ella.
—¿Que estai haciendo?—dijo su papá con un paño limpiando el aceite de sus manos— no vayas a quebrar esa paloma de greda.
—¿Paloma de greda?—dijo Sakurawa casi tiritando.
—Si —dijo su padre mientras tomaba la paloma y la colocaba en una repisa—un cliente conocido me lo dio como regalo por arreglar su auto y se me olvidó guardarla. Espero que no haya causado problemas.
Sakurawa miró con desprecio aquel regalo y como lucia tan real. Ahora tendría a esa paloma vigilándola cuando fuese a la U como de costumbre.— ¿Y vendrás a ayudarme o mirarás esa paloma todo el día?—preguntó su padre riendo.

Comida a domicilio.
—Bien mientras esperamos al entrenador Katsuhiro ¿quieren comer algo?—dijo Kiyoko mientras se disponía a ordenar comida por una aplicación.
—No saldría más simple ir al comedor central—dijo Haruka apoyada en los barandales de la tribuna.
—Creo que a esta hora está cerrado—dijo Momoko—No sería mala idea pedir algo.
—Bien—dijo Kiyoko—¿y que van a escoger?

—Yo supongo qué tal vez papas fritas y una hamburguesa—dijo Isogashi algo nerviosa— es algo rápido y no se tardan tanto.
—No soy muy buena con las frituras—dijo Rumiko señalándose la herida—pero quizás algo de comida china sería mejor.
—¿Tienes cubiertos acaso?—dijo Hoiusu—Las tiendas no los venden y no creo que vayas al comedor por uno.
—¿Podemos mandar a Shigeo y al resto a comprar a Kasagawa?—dijo Mura—solo debemos aportar con un poco de plata.
—Kasagawa está hacia el norte—dijo Shiro pensativa—Llegarán cuándo la comida se enfríe.
—¿Entonces nada de comida china?—preguntó Rumiko—Kiyoko puedes ver qué hay en la zona de dulces.
—No creo que un par de dulces nos llenen el estómago—dijo Kiyoko—pero podemos comprar una pizza y repartirla entre todas.
—Si—dijeron todas al unísono.

Luego de un poco ingresaron una aplicación donde vendían pizza y decidieron personalizar una al gusto de cada una.
—¿Que vamos a colocar en ella?—dijo Kiyoko—por mi parte yo pediré aceituna.
—En mi caso podemos echarle queso mozarella—dijo Yotsuba—queda muy bueno cuando se hornea.
—Mientras no haya nada animal allí todo bien—dijo Kodama observando a Kiyoko ordenar.
—Supongo que sería mejor tocino—dijo Mura—cuando se derrite en el queso le da un sabor rico.
—No me gusta—dijo Isogashi—no queda muy bien con la pizza margarita.

—Está bien—dijo Kiyoko casi con un tono enojado—pediré una pizza simple y así nos ahorramos problemas.
—Ok—dijeron todas al unísono.
—¿Quién tiene dinero para pagarla?—preguntó Rumiko.

Las chicas buscaron el dinero para pagar, dándose cuenta que ninguna había traído. Se quedaron en silencio hasta que escucharon unas voces acercarse hacia la cancha. Eran los chicos del Kamina quien venían con unas bolsas de supermercado. Habían ido a comprar comida para las chicas. Haruka y Kiyoko se abalanzaron sobre ellos y por lo menos pudieron comer algo.

SatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora