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Capítulo 47: Viejas amigas y Nuevas rivalidades.

"Her name is Lola, she was a showgirl
But that was thirty years ago, when they used to have a show
Now it's a disco, but not for Lola
Still in dress she used to wear
Faded feathers in her hair
She sits there so refined, and drinks herself half-blind
She lost her youth and she lost her Tony
Now she's lost her mind"
(Copacabana-Barry Manilow 1979)

—Estas en la sintonía de radio México—interrumpió el locutor de la radio—La canción que suena fue un pedido de una radioescucha. No se despeguen de la sintonía en la 88.2. La radio de Odayaka.

Mientras sonaban un poco los comerciales de la emisora, se escuchaba el llanto de un bebé que de vez en cuando se entrometía entre promociones de autos y otros locales. La bebé lloraba con fuerza mientras su madre la sostenía pegada a su pecho. La mujer lucía agotada tras la sesión de parto producida hace una hora. La mujer solo concentraba su mirada en aquel bebé.—No llores—susurraba calmándola mientras la mecía—Fue un día agotador ¿no?

La bebé solo atinó a dar un bostezo. La mujer solo la posiciono cerca de ella en caso de que volviese a llorar. En ese instante, se abrió una puerta y entró un sujeto de pelo negro y una ropa bastante irregular cargando una botella de té helado. El tipo cerró la puerta con cuidado tratando de no despertar a la recién nacida.
—¿Kiomi podrías apagarme la radio?—preguntó la mujer mientras acomodaba a la bebé quien yacía durmiendo y moviéndose de a poco.
—Claro—asintió Kiomi acercándose a la mujer llevando una pequeña silla—Te traje un té helado, es bueno para relajar los músculos. Una antigua deportista como tú debería saberlo.
—Gracias. ¿A propósito donde dejaste a Kiske?—preguntó la mujer.
—Lo dejé con mi amá—respondió Kiomi—No te preocupes Kanzeni, lo dejé todo arreglado. Lo malo es que el parto me pilló en horario laboral—agregó soltando una risa.

La habitación de Kanzeni era bastante simple, muebles blancos, un piso de cerámica que apenas combinaba con el techo y unas luces LED que apenas prendían. Su única satisfacción era que se encontraba con una ventana a la vista del mar.
—¿Cómo se encuentra la bebé?—preguntó Kiomi curioso.
—Decidí llamarla Akatsuhi—corrigió Kanzeni—Es un buen nombre.
—¿De donde sacaste ese nombre tan raro?—preguntó Kiomi.
—Lo leí en este libro—explicó pasándole el libro que tenía a su costado sin soltar a la bebé.

El libro se llamaba "Concurso de Cuentos y Cantares Infantiles" y entre ellos figuraba el cuento donde extrajo aquel nombre. Kiomi decidió ojearlo mientras Kanzeni le decía que dejase el té helado en el velador. Kiomi aceptó dejando la botella allí. En ese lapso, la bebé despertó y comenzó a pegar unos ruidos extraños con lo cual Kanzeni decidió acercar su rostro y hacerle cariño con lo cual su hija soltó una risa que luego ella compartió.

Luego de eso habían pasado cuatro años. Habían pasado varias cosas desde ese momento como nueva música o una guerra producida en el Oriente Medio. Akatsuhi se encontraba saltando con fuerza los charcos de agua repitiendo "Qué llueva fuerte para volver a saltar aquí". En tanto, su madre le detuvo de aquel chapoteo avisando que debía comprar cosas para la casa y no podía dejarla sola allí.—No quiero entrar, quiero seguir jugando—expresó Akatsuhi en tono de berrinche.
—Si te portas bien—expresó su madre—Te compraré un dulce ahí dentro ¿Estamos?
—Ya—asintió Akatsuhi tomando la mano de su madre.

Al estar dentro ya casi pagando, Akatsuhi se detuvo a ver unos diarios que estaban cerca de allí. Las noticias no le interesaban, más bien quería ver la tira cómica que aparecía en el. Aunque la mayoría tocasen temas adultos. En tanto que ojeaba miró como dos mujeres miraban a su madre a la distancia. No entendía nada solo decían frases como "No puedo creer que sea ella", "Tienes razón, creí que se había retirado hace un año y mudado a otro país".

SatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora