Satsuki

49

Capítulo 49: El Demonio de Kaminawa.

Recuerdo haber leído un tomo de un manga que me regaló Okuma por mi vigésimo segundo cumpleaños. El manga se llamaba "Black Rover" y tenía una portada súper bonita donde salían todos sus personajes. Sin embargo en su contraportada tenía una frase que me dejó curiosa la primera vez que la leí:

"Buena fe, esperanza y amor se encuentran dentro de las tres hojas de cada trébol; la buena suerte yace en la cuarta hoja, pero el Demonio vive en la quinta hoja".

—¿Demonio?—pregunté sosteniendo el manga entre mis manos—Eso lo explicaría todo. Existe un mismo trébol pero vivimos en hojas distintas.

El gimnasio de Kaminawa se encontraba en un clima expectante que cubría toda la cancha. Las capitanas falsas de Hinawa y Kaminawa, Nakeido Soikawa y Okuma Kogeki respectivamente, se encontraban cansadas y agotadas exhalando aire para seguir jugando.

—Queridos espectadores estamos siendo testigos de un partido sin precedentes—explicó Sadashi emocionada—Ambos equipos han logrado obtener a partes iguales los seis puntos y se encuentran en una feroz pelea para alcanzar el liderato de este set—agregó.

Kanzeni se encontraba en su puesto de la Federación Deportiva viendo el encuentro. Hasta el momento, el segundo set le había parecido emocionante. Sin embargo, por dentro extrañaba a su hija. Desde la conversación durante el descanso e inicio del set no había sabido de ella. Tras aquella conversación habían quedado en malos términos y quería recompensar todo, pero no sabía cómo.
—¿Disculpe Señorita Murama?—preguntó Kimori curiosa viendo a Kanzeni distraída.
—¿Ah, que sucede?—preguntó Kanzeni medio confundida.
—¿Ya decidió donde  se jugará el Interuniversitario de este año?—consultó.
—La verdad, tengo dos lugares en mente—expresó sujetando un lápiz entre sus dedos.
—¿A que se refiere?—preguntó confusa.
—Estuve pensando en realizarlo en Okuyaki o en Derumaru—explicó realizando un jugueteo del lápiz entre sus dedos—En caso de elegir Derumaru tendrás que ir a hablar tú—agregó apuntando a Kimori—tendrías que hablar tú con el rector de la Universidad de Tatsuya. El rector de esa universidad me tiene una bronca terrible por asuntos pasados—mencionó con un poco de vergüenza.
—Me parece, sería bueno despejarse del ambiente laboral—expresó Kimori.

En ese instante, se giró para observar la cancha cuando se percató de su hija que había vuelto al recinto—Al menos se donde esta ahora—pensó más relajada. Sin embargo, al fijarse bien observó cómo volvía con Matsuo más animosa.—¿Acaso serán pareja los dos?—pensó confundida.

—¡Por fin apareciste!—exclamó Aoi abrazando a Murama con fuerza—Pensé que te habías ido y te comieron los perros.
—Aoi me estas asfixiando!—exclamó—¿Podrías soltarme un poco?
—Está bien—dijo Aoi—Pero que conste que te puse un reporte al árbitro por haber abandonado el encuentro.
—¿Qué cosa?—expresó Murama asustada.
—Solo juego un poco—dijo Aoi riendo—No sería tan déspota y cruel para hacer eso.

—¿Qué le dijiste para que volviese?—susurró Ishida.
—Nada—respondió susurrando Matsuo—Solo le dije que debía seguir jugando.
—Esa Murama te tiene mal—respondió Ishida—Saliste como un loco a buscarla y nos dejaste a mi y a Aoi solos.
—Hablas puras tonterías—respondió Matsuo intentando concentrarse—Solo la busqué por otra cosa.
—Bueno, como sea no te has perdido de mucho—dijo Ishida—Hemos estado empatados con el Kaminawa a seis puntos.
—¿De veras Ishida?—preguntó Murama.
—Sip, una de ellas hace un punto y la otra responde rápidamente—explicó Ishida—Ninguna ha querido ceder.