Capítulo 11

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Kara POV:

Hoy Sábado me he despertado cerca de las cuatro de la mañana debido a la misma pesadilla que me ha atormentado diariamente desde que tengo uso de razón, esa que me hace despertar gritando sobresaltada y sudando en frío. Intente volver a dormir inmediatamente pero no pude conciliar el sueño, así que estuve unas horas  sentada en la cama con la laptop entre mis piernas para continuar mi búsqueda de departamento, cuando me di cuenta ya eran las ocho de la mañana y seguía sin encontrar algo que se ajustara a lo que me gustaba o mejor dicho a mi presupuesto, ya que no llevo ni un mes en el hospital y aunque la paga es muy buena, aun no logro juntar lo suficiente debido a mi anterior trabajo, cerré mi laptop y la coloque a un lado de mi cama, me levanté de la cama y cuando estuve de pie estire todo mi cuerpo ocasionando que se escuchara el crujido de mis huesos por los movimientos, tomé camino al baño para meterme a la ducha y alistarme para mi día de trabajo.

Una vez lista, tome mi bolso y el vestido que usaría para la fiesta que se encontraba colgado del perchero con una bolsa protectora negra. Salí de mi habitación caminando por el pasillo con destino al elevador pero un fuerte agarre en mi brazo detuvo mi camino.

-Pero mira a quien me encontré por aquí.

-¿Otra vez tú? ¿Qué no tuviste suficiente el otro día?.- Dije con el ceño fruncido al tal ¿James? creo que ese era su nombre, el tipo tenía una mirada de enojo en su rostro así que mejor decidí firmemente quitar su mano de mi brazo y alejarme de él.

- Dije con el ceño fruncido al tal ¿James? creo que ese era su nombre, el tipo tenía una mirada de enojo en su rostro así que mejor decidí firmemente quitar su mano de mi brazo y alejarme de él

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-Ten mucho cuidado conmigo rubia... la otra noche puede que tuvieses suerte porque estaba muy borracho, pero hoy no te saldrás con la tuya, ¿entiendes?.

-¿Ah si, y qué harás? ¿Retenerme así como pudiste retener a tú chica?. -dije burlonamente jugando con él.

-No sé de qué demonios hablas.- tartamudeó mirando hacia los lados nervioso.

-Vaya, que olvidadizo eres chico. Pero en fin... me voy, tengo un hospital al cual tengo que dirigir y tú solo estás aquí quitándome el tiempo. -dije con intención de irme pero me detuvo de nuevo acercándose a mí con una mirada intimidante.

-Veo que no me estás entendiendo, rubia, tú y yo tenemos algo pendiente, no puedes ir por ahí golpeando hombres solo porque quieres.

-¡Mira ahí está Lena!. -mentí apuntando a cualquier punto en el pasillo y aproveche su distracción para salir corriendo para el lado contrario, para mi buena suerte el elevador estaba apunto de cerrar sus puertas y me adentre en el justo antes de que cerraran y lo último que pude ver por un pequeño espacio entre ellas fue a James que corría furioso con intención de alcanzarme y sonreí para mis adentros.

Entre a mi oficina con Nia que me seguía por detrás, camine con dirección a mi escritorio y me deje caer rendida en mi cómoda silla suspirando agotada. Nia dejó la torre de papeles a un lado y se sentó en una de las dos sillas que estaban del otro lado frente al escritorio.

-¿Todo bien Jefa? Luces algo preocupada.

-¿Recuerdas al ex novio de Lena Luthor?. -Nia asintió mordiéndose las uñas. -pues... el otro día tuvimos un momento en el elevador, el tipo al parecer estaba borracho y buscaba a Lena, pero comenzó a decir idioteces sobre ella y la pequeña Lexa, eso me enojó a tal punto que lo golpee en el rostro... y también puede que lo haya pateado justo en las bolas. -dije sonriendo nerviosa ante una Nia que me miraba sorprendida con los ojos muy abiertos.

-¡No me jodas, Kara! ¿En serio lo hiciste? Vaya... te debe gustar mucho esa chica como para que la defiendas así.

-¿Quién dijo que me gusta?. -le dije tomando un bolígrafo haciéndome la desentendida.

-¡Oh vamos, no te hagas la tonta!

-Mierda, a tí no te puedo mentir, eres mi mejor amiga y la persona más cercana a mi en estos momentos. Puede que aquella pelinegra sí me llame la atención un poco. -comenté nerviosamente mordiendo mi labio inferior.

-Lo sabía, pones esa mirada de cachorro en refugio queriendo ser adoptado con solo escuchar el nombre de Lena, ¡Ves, ahí está!. -dijo burlándose de mí con una gran sonrisa en su cara.

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