"Un accidente deja huérfanas a Lena y su hermana Lexa de apenas 7 meses, sus padres deciden dejar a cargo a la Luthor mayor de la custodia de la pequeña y de los negocios familiares, haciendo que su vida cambie de un momento a otro, tendrá que mudar...
De pie frente a la entrada del prominente edificio, admiré las grandes letras que formaban la palabra "LCorp" en la fachada a lo alto de la misma.
LCorp es la compañía familiar que me fue heredada después de la muerte de mis padres. Hoy es el primer día que me presentaré en el edificio, ha decir verdad, es la primera vez que lo visito en mi vida. Mis padres siempre quisieron que me enfocara en mis estudios, y debido a que nunca tuve la necesidad de venir aquí, pues no tenía mucho interés en ello.
Pero ahora todo cambio, ahora debía ser una adulta y ser responsable de cosas que nunca me hubiera imaginado que me encargaría a mi edad.
Respiro hondo y con mis nervios a flor de piel, doy paso firme hacia las puertas giratorias de la entrada, en el recibidor mis pasos resonaban por mis zapatos de tacón sobre el Mármol recién pulido.
Oprimí el botón del ascensor que me llevaría hasta el último piso y con paciencia espere a su llegada. Sin embargo, sentía que algunas miradas estaban puestas en mi, provocándome incomodidad.
Los nervios y la sensación de estar siendo observada por grupos de personas bien vestidas me estaban provocando náuseas. Observé atentamente los números del elevador descender para distraerme hasta que un timbre resonó y las puertas metálicas se abrieron.
-Señorita Luthor, ¿Va a entrar?- preguntó Oliver cediéndome el paso con una mano y con la otra detenía la puerta para impedir que se cerrara.
-Oh si... solo me distraje un poco. Me siento patética.- dije pegándome al fondo del ascensor ya que al parecer la gente no leyó el letrero plateado que está justo arriba de los botones que indicaba que el elevador solo tenía capacidad para cargar a 8 personas.- Siento como si fuera mi primer día de clases.- sonreí nerviosa.- Y es patético, ya que en realidad hoy si fue mi primer día de clases y no me sentía así.
-Es cierto, esta mañana no se parecía nada a como lo está ahora.- dijo acomodando su corbata luego de que cuatro personas salieran del ascensor.
-Recuérdame pedirle a la que será mi secretaria mi tarjeta para el ascensor privado, esto es una tortura.- el ascensor se detuvo en la doceava planta y solo 3 personas salieron, por lo que ahora podíamos respirar decentemente.
-Hecho. -respondió Oliver.
Después de un montón de paradas por parte del ascensor en cada planta, al fin llegamos a la última.
-Oliver, iré a mi oficina por un buen rato, lo mejor será que vayas a comer algo.- él asintió y se alejó.
Bien, no hay vuelta atrás, llegó el momento de afrontar mi realidad.
Caminé decidida hasta la oficina que tenía entendido era de mi padre, si, puede que nunca haya visitado este lugar, pero es más que obvio que su oficina, que ahora es mía, es la que tiene la placa dorada que dice CEO pegada sobre la puerta. Al estar frente a esta, tomo el pomo de la puerta y lo giró un poco hasta que una voz me detiene.
-Señorita, no puede pasar sin una cita previa.- dijo la mujer que pude deducir es la secretaría, que no parecía tener muchos más años que yo, podría decir que anda rondando los treinta.
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