Capítulo Cincuenta Y Tres

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     Ángel se sintió desorientado al despertar, estaba en una habitación de hospital tenía suero conectado a su mano derecha y su pierna vendada, pero algo no estaba bien y al sentarse un mareo lo volvió a tumbar a la cama. Una mujer, beta se le acercó y le hablo pero era casi como un murmullo por lo que se llevó su mano izquierda al oído confundido, noto en ella una mirada compasiva y no fue difícil sumar dos más dos, lo que sea haya pasado había afectado su audición.

     Tomó la nota que la mujer, la letra era desprolija y apresurada "Buenos días Ángel, o tardes o noches, todo depende, como tu tía favorita te prepare este obsequio, colócatelo y permite que la enferme te explique lo sucedido, con cariño la tía Shuri". Abrió la cajita que le ofrecía la mujer, un audífono era pequeño y delicado, lo observo bien y mucho detenimiento antes de proceder a colocárselo en su oreja izquierda. Sorprendentemente los sonidos que le rodearon fueron abrumadores, no se había dado cuenta de todo lo que se estaba perdiendo.

     -Bueno ¿Ahora si me escucha?- le preguntó la mujer y el asintió- Bien mi nombre es Kikey, soy su enfermera asignada, entiende lo que digo- él volvió a asentir, el inglés de la mujer no era muy bueno pero si comprensible, ella le dedicó una sonrisa amable y continuo.

     -Excelente, lamentablemente debo informarte que durante el ataque con el arma que utilizó el criminal conocido como Doc perdiste la audición completa del oído derecho y parcial del izquierdo- algo que para Ángel era razonable el dolor que había sentido dentro del traje había sido espantoso- La princesa se tomó el trabajo de estudiar el arma y concluyó que es el menor daño que pudo recibir- ella se sentó en una silla a su lado muy preocupada- De no haber sido protegido probablemente su corazón se hubiese detenido en el instante de haber recibido el impacto...Tenía una costilla rota pero ya está reparada al igual que esta curada la herida de su pierna, aun así necesita reposo y una buena alimentación. ¿Alguna duda?- concluyó la mujer.

     -James ¿cómo se encuentra?- Ángel quería y a la vez no quería saber, porque tal vez estaba herido o tal vez no quería tener nada que ver con él y se encontraba sumamente bien con su cachorro y su pareja. Pero el rostro de la mujer decayó.

     -El rey lobo sigue inconsciente, el hechicero supremo llegó hace una hora aproximadamente para examinarlo, al igual que otro grupo médico- el movimiento brusco con el que intentó levantarse no lo llevo a otro lugar más que al piso- Por favor espere, todavía no debe levantarse- pero él le gruño, provocando que la mujer retrocediera.

     -Oye será mejor que le bajes un cambio- escucho desde la puerta, el omega rizado le miró regañándolo- Lo lamento tanto- se disculpó Galael con la enfermera- Es un poco bruto casi todo el tiempo.

     -Él debe hacer reposo- señaló con la voz temblorosa pero con ojos decididos.-

     -Por supuesto- le dijo cordial para luego mirar con desaprobación al alfa- No deberías ser grosero con las personas que te han cuidado durante doce horas...vamos te ayudo a subir- el omega le tomó del brazo y lo ayudó a subir de nuevo a la camilla.

     -James...- volvió a decir él pero con voz chiquita y atemorizada como un niño pequeño.

     -Él estará bien, no te preocupes- le sonrió tratando de tranquilizarlo- Serás informado en cuanto él despierte, seguro querrá verte...Supongo que ahora que despertaste el rey vendrá verte- el omega pareció pensar algo porque rió bajito viéndose delicado, diferente al que vio listo para eliminar a los enemigos en el laboratorio- Te advierto que debes estar preparado, cuando Azari sepa que estás bien vendrá a verte.

     -¿Azari?- él no estaba listo para verlo, él no podía verlo había fracasado al proteger a su madre, que le diría al menor.

     -Sí, te advierto que tiene los ojos más bellos del mundo y si los mirar demasiado te volverá su esclavo- rio divertido

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