Capítulo Cincuenta Y Cinco

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     Harley estaba con los niños que básicamente se habían vuelto locos al descubrir cada cosa del palacio, Estela y Alejandro se habían rehusado a abandonar la alcoba sin Harley así que no fue hasta Hope estuvo de alta que recorrieron el lugar. Todos incluidos él se habían recostado en el suelo fuera del palacio y observado el cielo por horas, luego habían recorrido lo jardines maravillado de la belleza. El palacio y la comida habían puesto el mundo de los pequeños de cabeza pero ninguno se alejaba, no se separaban y todos mantenían sus ojos sobre Harley, el alfa se había convertido en su piedra angular.

     La madre de Harley estaba impactada y agradecida, su cachorro había pasado por mucho, y ahora resulta que era el sesudo padre de unos cachorros, aunque actuaba más como un hermano mayor. Todavía no sabía cómo harían pero si sabía que su hijo iba a necesitarla, lo bueno es que ahora ella tenía un compañero bueno y dulce que estaba dispuesto a subirse a ese barco. Miro a Harley sentado en el piso rodando sobre la alfombra con Alejandro mientras la niña más grande los censuraba con la mirada y la otra solo reía alegre, luego lo noto, una enorme sombra aterradora en la ventana del balcón. No pudo contener sus gritos de espanto alertando a todo el mundo.

     Los niños retrocedieron espantados mientras que Ronald, la pareja de su madre, avanzaba a la altura de Harley cuando lo vio de rodillas sujetándose el pecho, dos doras que resguardaban la puerta entraron amenazantes. Harley sabía quién estaba allí y no esperaba verlo, cuando las obras avanzaron sintió el ligero miedo que no le correspondía.

     -Alto- les pidió- Esperen...- se levantó sosteniendo su mano en las costilla donde la mordida punzaba rogando por ser completada.

     - Estela trae una toalla por favor- pidió abriendo la puerta cuando logró ponerse de pie aunque todos le llamaron la atención por eso.

    Cuando las doras notaron quien era bajaron sus armas, no era una amenaza real, al menos por ahora.

     -Dakari mírate, estás demente podrías enfermarte- Harley tenía algo en él, muy arraigado que lo hacía proteger a la gente, querer cuidarlos.

     El alfa más joven lo vio con ojos llenos de asombro y extendió su mano para alcanzarlo pero la retiró y empezó a jugar con ellas nervioso. No era algo que debiese ser tierno, pero de alguna forma lo era. Harley se acercó y le pidió que se quitara el calzado y la campera empapada, bien sería decir que todo el chico había estaba empapado debido a la tormenta. Una toalla fue puesta su mano y delicadamente la colocó sobre la cabeza del muchacho.

     -No deberías estar aquí- le susurro.

     -Yo...-

     -¿Harley quien es él?- preguntó Hope de forma demandante.

     -Es un amigo, que desconoce el funcionamiento de las escaleras- jamás quitó los ojos del otro- No puedo creer que treparas por allí pudiste caer o peor, la doras pudieron creer que eras un intruso- regaño.

     -Creí que sería mejor, pero el balcón era más alto que el de Julieta- declaró sonrojado.

     -No creo que Shakespeare se refiriera a eso cuando escribió la obra- le respondió bajito

     -Tal vez no- los ojos del menor eran anhelantes- Realmente necesito hablar contigo...

     -¿Cariño está todo bien?- pregunto dudosa su madre.

     -Sí, Dakari hable con tu hermano, yo...- pero el menor lo interrumpió sujetándolo de la muñecas.

     -Esto no se trata de él, es sobre mí y sobre ti- lo liberó rápidamente- Solo dame cinco minutos...Por favor- le terminó por rogar el menor.

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