Capítulo Treinta y Siete

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     Galael vio a Azari correr por el pasillo llamando a la reina y la princesa de una forma estridentemente feliz, Bucky y el rey venían atrás de él en su propia burbuja de enamorados le dio la sensación de que en cualquier momento sonaría música y nadie se molestó en enseñarle la coreografía. Luego noto la hermosa sortija en la mano del omega y no pudo evitar soltar un chillido de alegría incluso rebotó en su propio lugar antes de saltar sobre James.

     -¡¡¡¡Felicidades felicidades!!!! Oh por dios ¿ya lo sabe el capitán? ¿Lo sabe alguien? El director Fury va a enloquecer- y por primera vez en su vida el joven de cabello rizado perdió la compostura y no pudo importarle menos quien le viese.

     -Gracias- rio Bucky recibiendo el abrazo solo dejando su palma sobre la espalda del otro, seguía sin ser bueno en eso de lo físico con todo el mundo.

     -Felicidades su majestad- sentía que si continuaba sonriendo de esa manera su rostro comenzaría a doler.

     -Muchas gracias Galael-

     El comedor estaba repleto de doras y diversos empleados, el rey se rió de ver a un mayordomo sacándole el polvo a una gran porción del aire, cabezas se asomaban desde las puertas y arcos del gran salón y Azari estaba en el centro rebotando de alegría tomando las manos de las dos mujeres de la familia real. Y el rey habló

     -Dijo que si- las mujeres corrieron a abrázalos y todos los presentes gritaron de júbilo, ya a esta altura no había una sola persona en el palacio que no estuviera esperando el momento de la pedida.

     El desayuno fue una locura y Bucky se sentía tan feliz, Azari había invitados a todos a la mesa y aunque al principio los empleados estuvieron dudosos todos terminaron obedeciendo a su pequeño príncipe que orgulloso termino contándoles su estadía en la base de los nuevos vengadores. Bucky lo miraba y no dejaba de pensar que hubiese sido de su pequeño niño si no lo hubiese encontrado a tiempo, la mano del rey estrujo la suya guiñandole un ojo, trasmitiéndole calma.

     -Hermano ya detente estamos en la mesa- se quejó la princesa haciendo reír a todos.

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     Bucky veía como Galael se observaba asombrado todo el camino hasta el castillo de los Jabari, luego inclinó la cabeza hacia atrás observando la muralla para que su mirada terminase en los enormes gorilas en la entrada; el omega rápidamente retrocedió hasta pararse junto a él lo cual le resultó gracioso ya que los Jabari eran por mucho más amables que las doras.

     -No creí que pudiera haber nieve en un lugar como este- comentó el de cabello rizado quitándose los copos blancos de los hombros.

     -Wakanda es la más vasta tierra en todo el planeta- la voz de M'Baku se escuchó resonado por el pasillo de entrada.

     -M'Baku, déjame presentarte a Galael Tompson, trabaja con el capitán américa- comento señalando a la bola de nervios que era el otro hombre.

     -Un placer- comentó con una inclinación de cabeza.

     -Encantado- Bucky se mordió la mejilla interna, seguramente el otro pensaba que quería presentarle al Jefe de la tribu.

-¿Dónde está el cachorro?- comentó el alfa buscando con la mirada.

     -Pues debía terminar su tarea anoche pero sus niñeras se lo dejaron pasar- por lo que la princesa y la reina fueron recriminadas por el rey y ahora se encontraban ayudándolo.

     -Jajajaja y no los has dejado venir pobre niño, Dakari se pondrá triste seguro-

     -¿Dónde se encuentra ahora?-

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