-Bienvenido Bucky- un anciano Steve Rogers le abrió la puerta, el aroma del mayor mezclado con el de la famosa pasta del mismo le hizo sentí bien.
-Gracias-
Sam lo había convencido de que debía visitar a su hermano, y definitivamente fue una buena idea, llego para la cena, intranquilo y con pocas horas de sueño pero para el momento en el que se encontraban sentados tomando café viendo un partido en los cómodos sofás de Steve todo fue bueno. La casa era cómoda, se encontraba en Brooklyn a un par de cuadras del parque que solían frecuentar, estaba llena de fotos y cuadros pintados por el mismo Capitán América.
Bucky detuvo su mirada en un dibujo enmarcado del mismo Steve con su traje de antaño firmado por Tony, un Tony que seguramente no pasaba de los siete años.
-¿Lo enmarcaste?
-Bueno, me dijiste que no se lucia escondido en un baúl.
-¿Cómo fue? verlo de lejos.
-No habías preguntado por eso antes, dijiste que no te interesaba.
-Steve por favor, tuve un ataque psicótico, ayúdame.
-Fue extraño, era él pero no era mi Tony. Peggy a veces me preguntaba porque lo veía con tanta tristeza pero nunca tuve el coraje para decirle, éramos felices juntos, no cambiaría eso por nada yo realmente la ame. Pero con Tony siempre me sentí protector, incluso con sus primeras citas, no quería que viviera lo mismo me encargue de que pasara, luego simplemente me aleje y viví mi vida con Pegg's y fue perfecto.
-¿Pero fuiste feliz?
-Fui todo lo feliz que pude serlo, tome decisiones que marcaron el curso de mi vida, algunas fueron buenas, otras no... Ame y amo a mi Tony, el Tony Iron Man, el que cambio al mundo y lo salvo; y quise al niño Tony como a un niño, no pienses mal, era el hijo de mí amigo y cuando creció decidí que era suficiente, había ayudado a Tony a ser feliz, a tener esos recuerdo que jamás tuvo.
-Eres un demente amigo mío, yo no sé si podría sacrificarme de esa manera.
-Cuando es tu destino, no lo dudas Bucky.
Steve no mentía, su vida había sido buena, tenía bellos recuerdos por Peggy, de su risa, su mirada y sobre todo la fuerza de su carácter, sin duda su vida junta fue buena. Aún tenía guardado el disco la primera canción que bailaron, recordaba el cuerpo más pequeño entre sus brazos el aroma a azaleas y lluvia, la suavidad del cabello. Decidieron no tener hijos, aunque más bien fue ella, amaba su trabajo y amaba a Steve, eso era todo lo que ella necesitaba y Steve no le discutió aunque que él quería tener muchos cachorros, de las pocas cosas que tuvieron en común con Tony "quiero cientos de cachorros capipaleta, mi hijos tendrán muchos hermanos nunca estarán solos" le exigió una vez y él había estado sumamente feliz.
Luego pelearon, tener hijos era peligroso, siempre serian objetivos Tony se puso furioso por eso, no con Steve, con el mundo, el Capitán recordaba que luego de eso había comprado siete autos y donado muchísimo dinero a un orfanato. Peggy no quería eso, niños y Steve no tuvo el coraje de decirle nada. El bebe Tony fue una bendición y Steve se encargó de que Howard no olvidara que su hijo era lo más importante, Tony había tenido todo lo que le falto, afecto.
Se fueron a dormir temprano, el sueño de Bucky fue intranquilo o así comenzó hasta que los ojos verdes comenzaron a perseguirlo, una mirada que le calaba lo huesos y provocaba ganas de llorar. Sentía su cuerpo adolorido, memoria física, su cuerpo recordaba el dolor. Una voz en alemán se escuchaba de fondo, el científico de turno seguramente y luego una voz distinta a todas la demás. Hubo gritos, muchos gritos algunos eran de él, pero las formas seguían difusas y se dio cuenta que estaba metido dentro del tanque, la criogenia había fallado seguramente, y distinguió una palma contra el vidrio de su tanque antes de volver a caer en el vacío.
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Wakanda Forever
RomanceTratando de encontrar un equilibrio entre quién fue, quién le hicieron creer que era y quién quiere ser, el camino de Bucky se ve envuelto entre las situaciones que no creyó que tendría la oportunidad de tener en su nueva vida como hombre libre. Mie...