¿Y SI ALGUIEN MUERE, QUE HACES?

FRAGMENTOS DE UN SER DEPLORABLE p1

"Lo hiciste..."

"Lograste lo que querías. Todos están muertos, todo es tuyo".

"Y... ¿Ahora qué?"

Te maté hace una noche, deja de hablar en mi cabeza.

Aquel león dejó su posición y se dirigió hacia una espesa neblina, donde finalmente se perdió de vista. No fue hasta después de un kilómetro o dos que unos ojos azules pudieron verse entre aquella silenciosa noche. El nuevo líder había llegado; Kaftah y Retuhé habían sido obligados por 4 leones a hacer una reverencia ante su nuevo líder.

El nuevo líder se balanceaba al caminar, la neblina impedía ver su cuerpo, pero aquellos dos pequeños destellos azules poco a poco aumentaban de tamaño, se estaba acercando.

Kaftah era el que más resistencia ponía, por eso 3 leones le obligaban a mantenerse en el suelo, con la mejilla pegada al mismo y las patas traseras levantadas, así parecería que se inclinaba ante aquel león.

Finalmente llegó. Una sonrisa se levantó entre los que se encontraban ahí, varios leones vigilaban como algunas hembras que habían sobrevivido se inclinaban a voluntad ante el nuevo líder.

¡Era tu hermana!, ¡nuestra hermana!

Gritó Kaftah al aire en cuanto vio aquella silueta encima de una roca, aquella silueta era ese león al cual le estaba haciendo reverencia.

¡Ya cállate o terminará matándote!

Contestó Retuhé mientras veía como los leones que obligaban a su hermano a inclinarse ahora lo golpeaban para callarlo.

Un pequeño rugido calmó a los 3 que propiciaban la golpiza, voltearon hacia donde había surgido el ruido y después retrocedieron un poco. Kaftah ya no tenía fuerzas ni para levantarse, soltó un tosido acompañado de una espesa capa de sangre la cual inmediatamente salpicó en el piso y posteriormente en su cara.

Ya déjenlo. Habló Dhakar mientras juntaba sus patas traseras para tomar asiento delante de las leonas y sus dos hermanos que estaban inclinados. Soñé con esto día con día, planeé esto desde aquella ocasión en que supe lo que era la vida, desde que supe lo que teníamos que hacer para sobrevivir.

El pelinegro tomó el aire que pudo de sus pulmones y sacó un rugido poderoso, el mejor que su garganta y su estómago le permitieron.

Bajó de la roca para encarar a su hermano mayor. Retuhé solo frunció el entrecejo mientras sentía la pata de Dhakar sobre su cabeza.

Podría matarte justo ahora. Sacó las zarpas de su pata y las rozó lentamente sobre su cuello. Pensé que serías el único que me defendería cuando lo del exilio, pero no. No hiciste nada.

Así que eso mismo haré yo.

Quitó la pata del cuello de su hermano y se dirigió a el siguiente macho, Kaftah.

Dhakar se agachó hasta que estuvo al ras del suelo, mismo donde se encontraba la cabeza de su hermano. Pensaba dejarte solo, para que sufrieras por siempre, o al menos hasta que decidieras matarte. Alzó la pata, pero no para golpear a Kaftah, solo dio dos pequeñas palmadas en la cabeza de su moribundo hermano y le lanzó una sonrisa amistosa, luego volteó hacia las hembras, no eran demasiadas, solo unas escasas 8 habían sobrevivido, solo dos de ellas esperaban un cachorro, sus vientres las delataban, esto llamó la atención del pelinegro quien recordaba con entereza haberles ordenado matar a cachorros, dentro y fuera de sus madres.

Se acabó, tomen a la que quieran, disfrútenla antes de irnos. Los leones que acompañaban a Dhakar sonrieron mientras se acercaban a las leonas más jóvenes, algunos preferían a las mayores, mordiendo un poco sobre su lomo para demostrar que esa habían escogido.