Pridelands no es el único reino que existe en este lugar, hay infinidad de reinos, cada uno con sus respectivos reyes, consejeros, súbditos, y, por último, pero no menos importante, herederos al trono, los primeros hijos de los reyes reciben ese privilegio, mientras que los siguientes hijos son conocidos como príncipes o princesas, esta vez nos centraremos en una de ellas.
Una heredera al trono y una princesa, la mayor, Iana, una cachorra de león con un gran futuro, hermosa por herencia, unos ojos claros, con un tono amarillento casi llegando a verde, un hermoso pelaje color café claro, la primera hija de los reyes y la futura reina del lugar.
Después estaba ella, la menor, una cachorra de león hermosa, unos ojos azules adornaban su rostro, un pelaje marrón que por sí solo brillaba, era la princesa del reino, menor que su hermana por 2 años, ambas eran felices, reían y jugaban juntas mientras corrían por el reino, aunque a veces los deberes de la mayor se los impidieran.
Iana era muy bien vista dentro de los habitantes del reino, su carisma y madurez que ninguna cachorra de su edad tenía la hacían una líder nata, en cambio, la menor no tenía el mejor tacto para hablar con los que la rodeaban, posiblemente tener todo lo que quisiera a su alcance por ser parte de la realeza hacía que actuara de esa manera.
Admiraba a su hermana mayor, quería ser como ella, pero nunca la tomaban en cuenta cuando de asuntos reales se trataba, sentía que ella podía llevar el mismo cargo que ella, las dos podrían gobernar el reino y mantenerlo en paz, sin embargo, ella era la única que se mantenía fuera de donde se hacían las reuniones, ni siquiera los guardias del reino dejaban que ella entrara.
Sola, aburrida y con un sentimiento de rechazo hacia ella hacía que poco a poco se alejara de los demás, cuando estaba con los cachorros del reino no había nadie que la invitara a jugar, ¿Quién quisiera ser amigo de ella?, una egoísta y narcisista cachorra, incluso en algunas ocasiones las ganas de arrancarse la vida eran demasiado grandes, llorar sola era su único consuelo.
A medida que Iana recibía mas entrenamiento para ser reina, la menor perdía atención, trataba de hacer sentir orgullosos a sus padres, los cuales incluso la tomaban como objeto de burla, los privilegios de ser princesa y hermana de la heredera al trono poco a poco se esfumaron, ahora era solo una cachorra cualquiera.
Pasaron tan solo dos años, Iana con una edad de aproximadamente 10 años de edad, y la menor con unos escasos 8, quien diría que sería la edad perfecta para saber la peor noticia de su vida.
Era una mañana tranquila, los rayos de luz ya habían salido, la menor despertó y como se había vuelto costumbre, su hermana y sus padres ya no estaban, seguramente habrían salido por sus asuntos, después de un gran bostezo y de estirarse un poco, la princesa salió a recibir otro aburrido día, sola, al menos podría ver de lejos a ese cachorro, sentía algo hermoso cuando lo miraba, eso era lo único bueno que podía sacarle al día.
Bien, tal vez hoy pueda acercarme a él y hablar un poco
Habló en voz baja la menor junto con una risilla, después comenzó a caminar hacia donde los demás habitantes del reino se encontraban.
Como siempre, cuando ella pasaba al lado de los demás cachorros del reino nunca era recibida con una sonrisa, incluso unos pequeños gruñidos de parte de los que la miraban pasar recibía, ya no era molestia alguna, música para sus oídos podría decirse.
Su mente solo mantenía una imagen fija, la imagen de ese cachorro, un león color café oscuro, su nombre era Mosi.
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Presente
--------------Dime que esto no es una mentira Zuri
Habló Laana algo desesperada, los 5 habían emprendido un largo viaje liderado por la de ojos azules.
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¿Y SI ALGUIEN MUERE, QUE HACES?
Fiksi PenggemarUna historia basada en un universo alterno de El Rey León. Todo a estado en paz desde que Scar volvió a las praderas y Zira muriera. No todo es color de rosa en el reino de Pridelands, una nueva amenaza se avecina y los reyes de las praderas junto c...