- Sé que ya no me quieres, Harry - le dijo suavemente -. Y comprendo el porqué, pero, en cualquier caso, no tienes por qué sentirte responsable de mí. Estaré bien, puedo cuidar de mí misma.
Harry inspiró despacio, tratando de controlarse, pues la sedosa textura de su piel lo estaba volviendo loco. Sin darse cuenta, comenzó a acariciarle las muñecas con movimientos circulares.
- Lo sé - respondió -, pero este no es lugar para ti.
- No puedo pagar otra cosa - dijo ella -, pero Barry Holman me ha prometido que dentro de dos meses me subirán el sueldo, y tal vez entonces alquile la habitación que tomó Abby en casa de la señora Simpson.
- No tienes que esperar - repuso él con aspereza -. Yo te prestaré el dinero.
- Eso no estaría bien. La gente murmuraría - musitó Selena bajando la vista.
- No tiene por qué enterarse nadie. Quedaría entre tú y yo.
Selena se mordió el labio, buscando en su interior la fuerza necesaria para negarse, pero resultaba difícil cuando, aunque nunca lo admitiría delante de Harry, detestaba tener que vivir allí, tan cerca de Barry Holman, que era un buen jefe, pero también un donjuán.
En ese momento llamaron a la puerta. Harry la soltó de mala gana y la observó mientras ella iba a abrir. Era Barry Holman, con una expresión esperanzada en el rostro.
- Hola, Selena - la saludó en un tono amistoso - pensé que tal vez necesitarías ayuda para la mudanza que... - se quedó callado al ver a Harry detrás ella.
- Ya ves que no - contestó este con una fría sonrisa -. De hecho, va a alquilar una habitación en la casa huéspedes de la señora Simpson y yo he venido para ayudarla a cargar algunas cosas, aunque sé que aprecia mucho tu «generosidad» al dejarle este... apartamento - añadió mirando en derredor con disgusto.
Barry Holman tragó saliva. Conocía a Harry desde hacia mucho tiempo, y estaba convencido de que lo se rumoreaba era cierto: no quería a Selena para él pero tampoco dejaba que otros hombres se acercaran a ella.
- Bien - dijo, aún sonriendo -, pues entonces vuelvo abajo, al bufete. Tengo que hacer unas cuantas llamadas . Me alegra haberte visto, Harry. Hasta el lunes por la mañana, Selena.
- Gracias de todos modos, señor Holman - le dijo ella apoyando la mentira de Harry, pues no podía ya, ni quería, contradecirle -. No querría que pensara que soy una desagradecida, pero es que la señora Simpson me ofrece pensión completa, y es un lugar muy tranquilo. No estoy acostumbrada a la vida de ciudad, y como la señora Simpson tenía libre una habitación...
- Tranquila, Selena, no tienes por qué darme explicaciones - sonrió Barry -. Hasta luego.
Harry lo miró furibundo mientras salía, y después se giró hacia Selena.
- He dicho que te prestaré el dinero para el alquiler y lo haré - le dijo con voz firme -. Si supone demasiado para tu orgullo, puedes pagarme cuando mejor te convenga.
No era orgullo lo que hacía dudar a Selena, sino la sensación de que sería muy poco considerado aprovecharse de él. Sabía que Harry no la dejaría permanecer allí, porque a pesar del rencor era un hombre cariñoso, que seguía preocupándose por ella. Tenía un corazón demasiado grande como para darle la espalda, a pesar de lo que pensaba que ella le había hecho. Las lágrimas afloraron a sus ojos cafe al recordar lo que su padre la había obligado a decirle, y cómo lo había herido.
- Lo siento tanto... - sollozó de pronto mordiéndose el labio inferior y dándose la vuelta.
Aquellas palabras, y la emoción que subyacía en ellas, sorprendieron a Harry. ¿Acaso sería posible que, a esas alturas, ella sintiera remordimientos? ¿O quizá estaba fingiendo para conseguir su compasión? Ya no podía fiarse de ella.
Selena recobró la compostura, y sirvió el té frío en dos vasos con hielo.- Si de verdad no te molesta hacerme ese préstamo lo aceptaré - le dijo tendiéndole un vaso sin mirarlo a los ojos -. No es ningún secreto que este sitio no me gusta demasiado, y siempre será mejor vivir acompañada, aunque sea en una casa de huéspedes. No me gusta estar sola.
- Tampoco a mí me gusta, Selena, pero es algo a lo que acabas por acostumbrarte - murmuró él. Sorbió un poco del té sin apartar la mirada del rostro de ella -. ¿Y cómo llevas lo de tener que trabajar para poder vivir?
- Me gusta - respondió ella con una sonrisa, ignorando la burla. Alzó los ojos hacia los de él -. Pero antes también hacía cosas, ¿sabes?, cuando teníamos dinero. Estaba en varios grupos de voluntariado y asociaciones de beneficencia. Sin embargo, a un bufete acude gente con auténticos problemas, y al poder ayudarlos me siento mejor, y me hace olvidar los míos.
Harry frunció el entrecejo.
- ¿No me crees, verdad? - inquirió ella adivinando lo que estaba pensando -. Tú siempre me viste como a un miembro más de la clase alta, una mujer atractiva con dinero y una selecta educación... Pero, no era más que la fachada. En realidad nunca llegaste a conocerme de verdad.
- Pero te deseaba - replicó él con una mirada desafiante.
- Tú jamás me deseaste a mí. ¡Lo que pasó es que tú quisiste acelerar las cosas - exclamó ella a la defensiva, sonrojándose al recordar aquella noche.
- ¿Acelerarlas? Hasta esa noche ni siquiera te había besado de un modo íntimo, ¡por amor de Dios! - los ojos de Harry relampaguearon de furia al pensar en como lo había rechazado -. Hasta esa noche te había tenido en un pedestal, adorándote como a una diosa, mientras estabas acostándote con ese chico millonario.
- Nunca me acosté con Tom Wheelor.
- No es eso lo que me dijiste - le recordó Harry con un una sonrisa fría -. De hecho juraste que sí lo habías hecho.
Selena cerró los ojos, presa del amargo remordimiento
- Es cierto, lo dije - asintió cansada -. Casi lo había olvidado - añadió dándose la vuelta.
- Agua pasada no mueve molino - dijo Harry sin apartar los ojos del rostro tenso de Selena -. No, ya no importa. Vamos, te llevaré a la casa de la señora Simpson a ver si puede alquilarte la habitación.
Selena sabía que él no daría su brazo a torcer lo más mínimo. No había olvidado, y seguía despreciándola. Mientras tomaba su bolso, y lo seguía hasta la puerta, sintió como si alguien le hubiera colocado un enorme peso sobre los hombros.
MULTIMEDIA: BARRY HOLMAN
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Vengador Enamorado
RomanceUna antigua historia de amor liga al segundo hermano Styles con Selena. Su separación se debió al padre de ésta, aunque los malentendidos y el orgullo han impedido que se supiese la verdad. Seis años después, muerto ya el padre, Selena está arruinad...