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Le rodeó el cuello con los brazos y lo apretó contra si deleitándose en los duros contornos de su cuerpo y el calor que se generaba al estar piel contra piel, sus sentidos registraron vagamente el hecho de que él ya no tenía puesto el pantalón del pijama, pero el tacto de su cuerpo desnudo era tan excitante que verdaderamente no quería que se detuviera.

— Va a suceder... ahora — le susurró Harry. Introdujo la rodilla entre sus largas piernas, notándola temblar —. No te haré daño, Selena y tampoco te presionaré. En cualquier momento puedes decirme que pare. Voy a hacer esto con tanta dulzura que no tendrás ningún miedo. Quédate quieta y confía en mí... solo unos segundos más.

Selena estaba temblando, y notaba que él también, pero nunca había deseado nada con tanta intensidad como aquello. Estaba compartiendo el momento más íntimo de su vida con Harry, con su marido, con el hombre al que amaba más que a nada en el mundo. Se había mostrado tan paciente, tan tierno, que quería entregarse a él en cuerpo y alma.

— Harry,.. — le susurró ansiosa, observando cómo se tensaban sus facciones. 

Al notar el primer contacto, Selena dio un pequeño respingo.

— Shh... — la tranquilizó él, y sonrió, forzándose a controlarse —. Voy a estar pendiente de tus reacciones — murmuró contra sus labios —, así que en el instante en que sientas el más mínimo dolor lo sabré.

Habían dejado las luces encendidas, pero lo único que Selena podía ver era el rostro de Harry. En el silencio de la noche escuchaba su respiración entrecortada, jadeante. Sin embargo, no estaba asustada, ni siquiera por el peso de su cuerpo. Pero entonces el dolor le sobrevino como un cuchillo al rojo vivo. Gritó, y las lágrimas rodaron sin poder contenerlas por sus mejillas.

Harry se había quedado quieto como si se hubiera convertido en piedra. Entreabrió los labios y la miró incrédulo. Se movió de nuevo, y vio que Selena apretaba los dientes.

— Lo siento — sollozó ella —, no pares... Está bien, creo que puedo... soportarlo.

— Dios del cielo!

Harry se retiró, estremeciéndose violentamente.

— Harry... No tenías... no tenías por qué parar — murmuró ella.

Vengador EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora