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Iba a casarse con ella por lástima, no por amor. Y estaban también sus deseos de venganza, claro. No sabía cómo iba a sobrellevar el vivir con él, pero estaba segura de que tan solo la proximidad lo llevaría a cambiar de actitud. Tal vez incluso, algún día, reuniría el coraje suficiente para decirle la verdad y hacerle comprender.


Había dicho que se casaría con él, y no iba a echarse atrás. No, iba a tratar de hacer que aquello funcionara.


*


- Imagino que Harry no te lo está poniendo fácil, ¿verdad? -<le preguntó Abby a Selena mientras la ayudaba a escribir las direcciones en las invitaciones de de boda.


Selena giró la cabeza hacia la ventana de la sala de estar de la casa de huéspedes y se apartó un mechón oscuro del rostro con un suspiro.


- Aún no me ha perdonado por lo que le hice. Es un hombre inflexible, Abby, pero tampoco puedo reprocharle cómo se siente. Herí profundamente su orgullo. Entonces yo creía estar salvándolo - añadió con una sonrisa triste - Mi padre no quería a un vaquero por yerno. Me tenía destinada un hombre rico, un enlace muy conveniente para él. Pero yo no tenía intención de dejarme manipular, y cuando le dije que iba a casarme con Harry, se empeñó en destruir nuestra relación. Hasta ese día nunca me di cuenta de su tremenda falta de escrúpulos - confesó cerrando el sobre que tenía en la mano -. Me amenazó con llevar a Harry a la ruina si no lo dejaba. Yo pensé que era solo una bravata, así que no le hice caso, pero el banco procedió a ejecutar la hipoteca sobre la nave de engorde de ganado, y los hermanos Styles estuvieron a punto de perderlo todo.


- Pero yo pensaba que en aquella época el negocio era ya bastante próspero -murmuró Abby extrañada.


- Y lo era, fue todo obra de mi padre, él tenía influencias y consiguió que el banco los presionara con los pagos. Lo hizo para demostrarme que no bromeaba. Harry me habló del juicio por insolvencia, estaba destrozado... Llegó incluso a sugerir que tal vez lo mejor sería romper nuestro compromiso. Mi padre me prometió que si dejaba a Harry, él se encargaría de mover ciertos hilos con la gente del banco para que detuvieran la subasta pública de la nave. Yo sabía que si lo hacía no habría vuelta atrás, pero sabía que de cualquier modo iba a perder a Harry, así que... acepté.


- ¿Y qué hizo tu padre? - inquirió Abby, inclinándose hacia delante sobre la mesa.


- Convenció a Tom Wheelor para que interpretara el papel de mi nuevo prometido. Fue con él a ver a Harry y le dijo que en realidad yo estaba enamorada de Tom, y que solo había estado saliendo con él para ponerlo celoso y hacer que se decidiera a proponerme matrimonio. Me presentó a sus ojos como la culpable de todo, y Harry lo creyó. Y le dijo también que, mientras estuvimos saliendo, yo había estado acostándome con Tom todo el tiempo, y este se lo confirmó.


- Pero no era cierto - la interrumpió Abby con convencimiento.


- No, por supuesto que no - respondió Selena con una sonrisa agradecida por que la joven fuera capaz de ver la verdad -, pero yo no tenía otro remedio que seguirle el juego a mi padre si quería salvar el negocio de Harry. Así que, cuando Harry me llamó por teléfono pidiéndome que le dijera la verdad, le respondí con las frases que mi padre me había preparado - murmuró bajando la vista a la alfombra -. Le dije que lo único que yo quería era a un hombre con dinero, que nunca había sentido nada por él, y que no había sido para mí más que un juego para conseguir a Tom - cerró los ojos odiándose a sí misma -. Nunca olvidaré el silencio al otro lado de la línea, ni cómo colgó, despacio, sin una palabra. Unas semanas después no se volvió a oír nada del juicio por insolvencia, así que imaginé que mi padre había hablado con la gente del banco. Tom Wheelor y yo estuvimos saliendo un tiempo para que Harry creyera la mentira, y después me marché seis meses a Suiza, donde hice todo lo posible para matarme en las pistas de salto con esquís. Finalmente regresé, sintiendo que mi padre había matado algo en mi interior. Él mismo se dio cuenta, justo antes de su muerte, y me pidió perdón, pero ya era demasiado tarde.


- Si tan solo pudiéramos hacer que Harry te escuchara - suspiró Abby.


- No lo hará, no puede perdonarme lo que le hice, Abby - replicó Selena -. Para él fue como si lo ejecutaran en público, porque todo el mundo se enteró de que lo había dejado plantado por un hombre más rico. Ya sabes cómo odia que la gente murmure a sus espaldas. Aquello destrozó su orgullo.


- Pero debió darse cuenta de que tu padre no aprobaba en realidad que se casara contigo, ¿no es cierto?


- Oh, eso fue lo mejor de todo - murmuró Selena con ironía -. Mi padre hizo una representación tan perfecta el día que le dijimos que íbamos a casarnos, dándole la bienvenida a la familia, repitiéndole una y otra vez lo orgulloso que estaba de que fuera a ser su yerno... - explicó con una risa amarga -. Incluso cuando fue con Tom a verlo, según me contó Harry, mi padre se deshizo en lágrimas por el modo en que yo lo había tratado.


- ¿Y todo eso solo porque quería casarte con otro hombre?, ¿es que no le importaba nada tu felicidad?


- Mi padre quería construir un imperio - contestó Selena -, y no le importaba tener que pasar incluso por encima de sus propios hijos para lograr sus objetivos. Tyler nunca llegó a enterarse de lo que ocurrió realmente. Se habría puesto furioso. Pero claro, el trato con mi padre también implicaba eso, que ni Ty debía saber nada al respecto.


- Pero... y después de morir tu padre... ¿por qué no se lo contaste?


- No quiero que se sienta aún peor por mí. Además, Ty siempre ha sido bastante solitario. Hasta a mí me cuesta hablar con él de cosas serias, de acercarme a él. Le cuesta mucho abrirse a la gente. Nuestro padre fue especialmente duro con él, siempre estaba ridiculizándolo durante nuestra infancia, y se convirtió en un tipo duro al crecer. No tuvo más remedio, de otro modo no habría sobrevivido a nuestra vida familiar.


- No tenía ni idea - murmuró Abby -. Tu hermano siempre me ha caído bien. Es muy especial.


Selena no le había contado a Abby lo que Harry le había dicho del vestido. Era demasiado humillante. Sin embargo, no estaba dispuesta a ser el objeto de murmuraciones, y menos cuando ella tenía todo el derecho del mundo a ir de blanco.


Así pues, al día siguiente fue a la tienda que regentaba una vieja amiga de la infancia, y compró un discreto traje de falda y chaqueta de lino blanco.

No iba a ir de ningún otro color. Podía probarle a Harry que era virgen si hacía falta.


Después de salir de la tienda, se dirigió a la consulta del doctor Sims, su médico de cabecera desde hacía años, para hacerse el examen premarital. El alto y canoso medico era casi como de la familia, y tras examinarla y sacarle sangre para un análisis, le habló con franqueza:


- Se trata de una operación sin importancia, Selena. Apenas te dolerá. Y, no quiero asustarte con esto pero si no lo hacemos, tu noche de bodas puede convertirse en un infierno.


Después le explicó en detalle en qué consistiría la intervención quirúrgica. Selena comprendió que no tenía otra opción. Harry podía jurar y perjurar que no iba ponerle un dedo encima, pero sería muy poco realista por su parte pensar que iban a convivir durante el resto sus vidas sin hacer «nada». Y esa operación disminuiría en parte el dolor...


Le dijo al médico que lo haría, pero insistió en que quería solo un arreglo parcial, para que no quedaran dudas de que era virgen. El doctor Sims meneó la cabeza murmurando algo acerca de esas «idioteces anticuadas», pero le dijo que lo haría como ella quería, y le dio cita para el día siguiente.


De buena gana Selena se habría hecho la operación completa, pero aquella era la única prueba factible que podía darle a Harry de su inocencia, lo demás, eran solo palabras, y esas no las aceptaría nunca.

Vengador EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora