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Pero él no estaba escuchándola. Alargó la mano para alcanzar su vaso de whisky, pero las manos le temblaban de tal modo que casi derramó el contenido antes de que llegara a su boca.

Se puso de pie, y Selena apartó la mirada pudorosa ante su masculinidad erecta.

— Lo siento mucho, Selena — dijo Harry

Se agachó para recoger el pantalón del pijama y ponérselo. Después, fue junto a ella, la tomó en sus brazos y se sentó de nuevo en el sofá con ella encima, acunándola y susurrándole palabras que la calmaran mientras las lágrimas seguían cayendo.

Cuando el llanto paró, Harry le secó la cara con un ludo. La mejilla de Selena descansaba contra el tórso de Harry, mientras que sus senos estaban suaves y apretados contra el estómago de él. 

— Eres mi esposa, Selena — le susurró Harry al azoramiento —, no pasa nada porque te vea sin ropa

— Lo siento — musitó ella —, supongo que tienes razón. Es solo que esto es... nuevo para mí.

— Lo sé — respondió Harry sonriendo —. Mi esposa virgen... — murmuró acariciándole suavemente los senos — . ¡Oh, Selena, Selena...!

— Yo... El doctor Sims me hizo una intervención quirurgica, pero solo de un modo parcial — le explicó —. Me temo que no fue suficiente — le dijo poníéndose roja como una amapola.

— ¿Y por qué no le dejaste que te hiciera la operacionon completa?

— Para poder demostrarte que no me había acostado con Tom — respondió ella.

— ¡Dios mío! — murmuró él tomándola por la barliilla para que lo mirara a los ojos —. Dios mío, no quiero ni pensar en lo que habría ocurrido si no me hubiera detenido arriba en el dormitorio, o ahora, hace un momento.

— Habría dejado de dolerme, Harry, seguro... — murmuró ella con timidez.

— ¡Y un cuerno! — exclamó él suspirando con pesadez —. He sido un bruto, Selena, por no querer escucharte. Me temo que no te va a hacer gracia, pero deberías ir otra vez a tu médico para que acabe de hacerte esa operación.

— Pero...

— Un poco de dolor es una cosa, pero lo que tienes ahí es... — notó que ella estaba bastante incómoda hablando del tema, así que la abrazó y le dijo —. Ponte la ropa. Te serviré un poco de brandy.

Selena se levantó y se vistió. Se notaba las mejillas ardiendo. Nunca hubiera imaginado que la intimidad entre un hombre y una mujer fuera así.

Vengador EnamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora